Como todos los días, permanezco encerrado en mi casa como un animal. Sentado en mi sala esperando a que se hagan las siete en punto para reunirme con Arwen en su casa. Un ruido proveniente de mi puerta llama mi atención, me levanto lentamente a abrir.
-¡Raziel! -dice Alexander- tienes que venir conmigo de inmediato, Bardo quiere hablar.
Antes de que pudiera responder, me toma del brazo y al mismo tiempo cierra la puerta detrás de mi.
-Al menos puedes decirme para que me quiere -gruño-.
-Victoria esta con vida.
-¿¡Qué!? -no lo puedo creerlo, ella esta con vida. Freno y con un fuerte manotazo me libero de Alexander -, ¿cómo sabes eso?.
-Bardo me lo dijo personalmente.
-En verdad tenemos potencial -admiti-.
Arwen estaba recargada en la pared a pocos centímetros de mi.
-Tienes sed.... -dice después de un rato.
No digo nada, no comprendo exactamente a que se refiere con "sed" pero, tomando en cuenta lo que somos y que, además, tanto como Leonard y Smaug, nos han nombrado como hijos de la sangre, la última vez que tuve "contacto" con la sangre, fue cuando Patrick estaba experimentando conmigo y me arrimó un pedazo de carne ensangrentada...
-Dime que se siente -me insiste.
-Dejame en paz de una maldita vez -le grito-.
Una pequeña carcajada sale de su boca, sin hacer esfuerzo, Arwen se coloca enfrente de mi. Con todas mis fuerzas en el suelo, me limito a mirarla directo a los ojos.
-Veo que no me explique con claridad -en un lapso de diez segundos, con toda la fuerza a su disposición, envuelve sus dedos en el cuello de mi playera empujando mi cuerpo a la pared con fuerza para tenerme completamente a su merced -, te lo diré una sola vez, ¿qué es lo que se siente tener sed durante días?.
Mis brazos hacen un inutil esfuerzo por tratar de liberarme. No tengo otra alternativa pero mi horgullo no me lo permite, aveces detesto con ganas ese pequeño defecto mío, es como poner un pie en la tumba y hoy no parece ser la excepción.
-No lo sé y menos si estas dejándome sin oxígeno.
Después de pensar mis palabras, de mala gana me suelta.
-Te voy a...
-Arwen -la interrumpe su aliado-, ya son más de las cuatro.
-No puede ser -dijo decepcionada-, eres muy afortunada, desastre de ella.
¿A dónde va?, hago todo lo que puedo para ponerme de pie, pero mis piernas no responden. Arwen da media vuelta, sin posar su mirada en mi, y se retira lejos de mi vista, ahora sólo somos él y yo. Aquella mirada que había percibido en él se borra por completo cuando me pone de pie con mucha agresividad y al mismo tiempo apoya sus brazos en mi cuello, haciendo presión, dejándome con escasos recursos de oxígeno.
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Gota roja
Mystery / ThrillerVictoria una chica de 19 años quien no es muy aceptada por los demás por su singular forma de pensar , ella tiene a su mejor amiga Miranda , pero siente un espacio vació en su interior . Una tarde Victoria por accidente conoce a Raziel ... quien no...