Capítulo 8

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Escuchen la canción que no la puse por nada ❤

Capítulo 8

Benson.

—¿Entonces? ¿Vienes o no? —Insiste uno de mis compañeros de habitación, Raúl.

No sé para que le insistes, si sabes que siempre dice que no —Se queja el otro, Manuel.

Yo intento ignorarlos y me concentro en el reporte que estoy haciendo, el cual debo entregar mañana. Hoy tuvimos un partido el cual ganamos, y como cada vez que tenemos la victoria, mis compañeros deciden salir a celebrarlo a algún bar de la ciudad.

Y yo sigo siendo la excepción, porque desde que estoy aquí no he salido con ellos ni una sola vez, a lo que ellos se burlan diciendo que soy un amargado.

—Bueno querido amigo, nos vamos —Avisa Raúl y los dos se ponen de pies —Por si te arrepientes, la ubicación del bar está en el grupo.

Y al fin se van, dejándome concentrarme en lo mío. Exhalo todo el aire de mis pulmones recostándome en la silla, descansando mi espalda.

Los estudios no son la única razón por la que no me gusta salir, también está Raven. No la puedo sacar de mi cabeza en todo el puto día y se vuelve una maldita tortura.

Me gustaría decir que sigo intentando encontrarla, pero no es así. Hice todo lo que pude y no dio resultado. Puse a mi hermano a buscarla por meses, contraté a personas, hablé con detectives y nada. Incluso intente ir y buscarla por mi propia cuenta, pero mi madre me prohibió volver a allá hasta que no acabe mis estudios.

Así que tuve que quedarme aquí sentado, sintiendo impotencia, y conformarme con tener a mi hermano al mando de la búsqueda, pero todo cayó cuando hace un mes recibí un correo de parte de ella.

En el solo me pedía que dejara de buscarla y que me olvidara de ella, que la dejara en paz, decía que lo nuestro era solo un juego para ella y que yo fui un idiota por creerle.

He de admitir que no creí del todo lo de ese correo, pero con el tiempo fui creyendo que tal vez yo estaba cegado, que me negaba a ver quien realmente era Raven.

Aunque una gran parte de mí sigue creyéndole, sigue pensando que hay algo detrás de todo esto, que Raven si me quiere. Pero está esa otra quisquillosa parte de que me dice que me de por vencido, que la deje ir, que sea o no verdad ella no me ha buscado, no ha aparecido y tal vez esa sea la señal que necesito para tirar la toalla con ella.

Hace un mes dejé de buscarla, dejé de intentar comunicarme con ella y lo di todo por perdido, yo hice todo lo que estaba en mis manos, ahora todo queda en ella, si de verdad le importo me va a buscar, o eso quiero creer.

Me quedo pensando en todo eso por un rato hasta que me canso. Estoy cansado, cansado de que Raven sea en lo único que pienso todo el día, de reprimir lo que estoy sintiendo, decepción.

En un acto muy precipitado me pongo de pies, entro mi billetera en mi bolsillo, tomo mis llaves y salgo al estacionamiento. Allí tengo un auto el cual solo he usado una sola vez. Abro el chat del grupo de mis compañeros y me dirijo a la dirección del bar donde estarán hoy.

Nadie se esperaba verme llegar, y ninguno disimula la sorpresa cuando llego hasta la mesa donde están la mayoría.

—Dime que todavía no estoy borracho y lo que estoy viendo es real —Bromea Raúl mirándome como si fuera un alienígena.

—No sé que mierda nos fumamos, pero yo también lo veo —Dice otro compañero y yo los ignoro sentándome en la mesa junto a Raúl, que es al que más le tengo confianza.

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