Capítulo 52
Raven.
Cuando la pizza ya se encuentra lo suficientemente caliente la pongo en dos platos y me encamino hacia la sala, donde Lyra y Benson ya están instalados. Benson se encuentra utilizando el control remoto de la tv mientras Lyra le dice cuál es la película que quiere ver.
Me acerco en silencio sin querer molestar y dejo los platos sobre la mesa de café para proceder a retirarme, pero antes de que pueda desaparecer en la cocina de nuevo, Lyra llama mi atención.
—¿No vas a ver la película con nosotros? —Inquiere y detengo mi andar para voltearme hacia ella, la suplica impregnada en su rostro.
Antes de responder poso mis ojos en Benson, quien me observa esperando una respuesta, aunque no de la misma forma que Lyra. No sé por qué siento que su mirada refleja incomodidad, como si el hecho de que yo estuviera allí le molestara. Sé que no estamos en las mejores condiciones y lo último que quiero es estorbar cuando él solo quiere pasar tiempo a solas con Lyra, por lo que decido contestar:
—No puedo, tengo cosas qué hacer.
Benson aparta la mirada al frente, por su lado Lyra forma un puchero con sus labios y sé de inmediato que no está conforme con mi respuesta.
—Puedes hacerlo después —Le resta importancia.
—No, tengo que limpiar la cocina y ya he empezado —Digo una mentira a medias. Realmente tengo que limpiar aquella estancia, pero aún no he iniciado.
—Pídele a Any que lo haga —Contraataca.
—Any se fue hace un rato —Digo de inmediato, pero luego de unos segundos analizo bien sus palabras y frunzo el ceño en desagrado —Además, ella no es nuestra sirvienta.
—Pero tú siempre le pides que haga todo.
Ok, ese fue un golpe bajo.
—Bueno, de todas formas, ella no está y yo debo hacerlo —Determino segura, aunque me duele negarle a mi hija el pasar tiempo con ella.}
Ya podremos hacer algo juntas después.
—Hazlo después —Implora ella juntando las manos en señal de petición.
—Lyra... —Empiezo a caer.
—Por favor, yo puedo ayudarte a limpiar después —Insiste. Aunque conociéndola, sé que su promesa de ayudarme quedará en el olvido cuando sea la hora de cumplir.
Vuelvo a echarle un vistazo a Benson, quien permanece con la vista en la televisión indiferente a nosotras, antes de rendirme y darle la victoria a Lyra.
—Está bien, solo un rato —Termino aceptando. Definitivamente tengo una debilidad con ella.
Me acerco de nuevo al sofá y tomo asiento en el otro extremo, dejando a Lyra en el medio de Benson y yo. Espero que esa sea suficiente distancia para él.
Benson.
¿Raven traía aquel vestido corto cuando llegué? No recuerdo haberlo notado. Aunque, con su regalo de bienvenida -la cachetada-, dudo que mi cerebro se hubiese interesado por eso.
Sin embargo, ahora es difícil ignorarlo. No es un vestido revelador ni nada por el estilo, es un simple vestido de tirantes cortos, pero ¡Dios!, ¿Ella siempre tuvo esas piernas esbeltas?
Recuerdo que antes, hace años, su cuerpo era más delgado y con menos curvas, aunque igual de hermosa. No tenía tanto busto y sus caderas no eran tan anchas, supongo que todos estos años le han servido para desarrollarse mejor. Ya no es una adolescente, es una mujer y es difícil no notarla.
Me pregunto quienes -además de mí- han tenido el privilegio de apreciar su cuerpo desnudo, y la simple idea de otro hombre contemplando su belleza me hace tensar la mandíbula con fuerza. No debería molestarme, pero lo hace.
Aunque no importa si me molesta o no, de todas formas, no hay nada entre nosotros, ni si quiera una amistad, y el hecho de que ella insista en alejarse cuando estoy presente me lo deja claro.
La forma en la que quiso escapar de aquí cuando Lyra le pidió que se quede, la mirada que me dio, como si le molestara mi presencia, ¿de verdad le molesta? Quiero creer que no llega a esos extremos.
"Es mejor así, cada uno por su lado" me repito una y otra vez.
Los sentimientos que en mí habitan son solo producto de nuestro reencuentro después de años, estoy seguro de que se irán con el paso del tiempo y las cosas no serán tan incomodas. Tal ves hasta lleguemos a ser amigos.
Ese último párrafo no puede estar más lleno de mentira, pero tal vez si me lo repito varias veces se haga realidad.
Ahora permanecemos sentados en el mismo sofá, a menos de un metro de distancia, pero hay algo que nos separa, algo que, en cualquier otra situación no haría más que acercarnos: Lyra.
Trato de mantener la mirada fija en la televisión, aunque no puedo evitar mirarla por el rabillo del ojo; ella no me mira ni si quiera por erros. Permanece concentrada en la película, al igual que Lyra, aunque lo de esta última es más un embelesamiento.
Su película favorita terminó siendo hombres de negro, algo extraño para una niña de siete años, pero no me quejo, me gusta la película y no me molesta verla.
—Ahora el agente k va a sacar el neutralizador y ese hombre no va a recordar lo que pasó —Avisa Lyra segundos antes de que la pantalla nos muestre la escena que ella nos ha adelantado.
Al parecer le encanta hacer aquello, porque durante toda la película se dedica a contarnos lo que va a pasar en cada escena antes de que sea presentada. A pesar de parecer molesto, no lo es, resulta incluso divertido ver como ella se sabe incluso algunos diálogos de la película y los recita al unísono de los personajes.
Casi al final de la película Raven tiene que ponerse de pies y llevar la pizza intacta de nuevo a la cocina, ya que ni Lyra ni yo la tocamos en todo el rato. Durante su ausencia Lyra decide acomodarse mejor en el sofá, invadiendo gran parte de este, entre ello el lugar donde anteriormente descansaba Raven, así que cuando esta regresa no le queda más remedio que sentarse a mi lado y colocarse los pies de Lyra sobre el regazo.
Soy demasiado consciente del leve roce que hay entre nuestras piernas desnudas al estar tan cerca, y sé que ella también lo nota, pero no dice nada, ninguno lo hace; pues no hay razón para hacerlo. Pero eso no evita que mi respiración enloquezca ante la fricción de piel contra piel.
Debí usar un pantalón largo.
Es más, ni si quiera debí venir, desde que empezó la película una extraña tensión se ha instalado en el ambiente, y temo ser el único que la percibe.
Ansioso, empiezo a mover la pierna que está junto a la suya, ansioso, y cuando me doy cuenta de esto llevo una mano a mi rodilla en un intento de controlar el movimiento, pero en el proceso mis dedos tocan su piel y juro que soy consciente de su piel erizándome ante mi tacto.
¿Es posible que me lo esté imaginando?
Descarto esa idea cuando la escucho aclararse la garganta y seguido a ello aleja su pierna de la mía. La distancia es de apenas unos centímetros, pero es suficiente para que mis dedos no vuelvan a tocar su piel por error.
Creo que empiezo a odiar esta película, no veo la hora de que acabe.
NA: Primero que nada, una disculpa por no haber publicado el miércoles, no tuve inspiración hasta hace poco y no tenía nada preparado. Roguemos para que no se repita.
Bueno, ahora sí las noticias:
Quiero empezar a escribir la historia de Lisa y Raúl, pero soy P E S I M A poniéndole nombres a los libros (nada más tienen que fijarse en el nombre de este jajaj horrible), así que les pido que dejen sus ideas aquí, y veremos si escojo algo o me inspiro. Se les agradece de antemano.
Voten y se me cuidan.
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RECUÉRDAME
Teen Fiction¿Qué harías si un día descubres que estás embarazada de tu novio, el cuál se fue a estudiar a otro país, y ahora su madre te pide que abortes y desaparezcas de sus vidas? ¿Qué harías si te ves obligado a viajar a otro país para estudiar, y tiempo de...