Capítulo 31

3.9K 231 7
                                    

Capítulo 32

Un día después.

Benson.

—¿Estás seguro de que no quieres que vaya contigo? —Me pregunta Raúl por decima vez en lo que va del día, así que repito la misma respuesta que le he dado:

—Muy seguro, Quiero ir solo.

El bufa con desilusión y se concentra en seguir haciendo ejercicio. Ahora mismo estamos en el gimnasio donde solemos ejercitarnos, hemos pasado casi toda la mañana aquí metidos haciendo ejercicio, aunque es muy poco lo que he logrado concentrarme, desde ayer no dejo de pensar en Raven.

De no ser porque debía venir al gimnasio habría ido a la dirección que me dio el detective esta misma mañana. De todas formas, pienso ir en cuanto salga de aquí, y la incertidumbre de lo que pasará cuando la vea me carcome por dentro.

—He estado a tu lado en toda esta locura de buscando a Raven —Vuelve a hablar Raúl sin dejar de hacer ejercicio, remarcando las últimas palabras—No es justo que ahora me dejes con el chisme a medias.

—No tienes vela en este entierro, Raúl, acéptalo —Le digo —Además, necesito que me hagas un favor.

—Ah, ¿sí? ¿Qué?

—Quiero aprovechar este viaje para quedarme un par de días con Nolan —Confieso, aunque todavía no le he hecho saber a mi hermano que iré a visitarlo, de hecho, es una gran coincidencia que Raven se encuentre en la misma ciudad que él —Y quedé de acompañar a Lisa a un par de audiciones de modelaje esta semana...

—Me encanta por donde va esto —Me interrumpe dejando de hacer ejercicio para darme toda su atención.

—Me preguntaba si me harías el favor de ir por mí.

—Ya que insistes, amigo, no me queda de otra que aceptar, todo sea por la amistad —Accede y yo me río por su respuesta.

Claro que iba a encantarle la idea, si desde que Lisa dejó de salir con Kian -todo por culpa de Raúl, según ella- él está intentando reconquistarla, y por lo que sé no le va nada bien, Lisa se niega a regresar con él, lo que me parece genial porque Raúl fue un idiota en terminar con ella en primer lugar.

de todos modos, sé que tarde o temprano ellos van a volver, tanto Raúl como Lisa siguen sintiendo cosas el uno por el otro -o eso he notado-.

Después de salir del gimnasio voy hacia mi apartamento, me doy una ducha, como algo y me pongo en marcha hacia la que -supuestamente- es la dirección de Raven. El trayecto es de dos horas en auto y durante todo el camino trato de pensar en lo que voy a decirle.

Y lo tengo claro, tal vez desde antes de saber que la volvería a ver. Estoy preparado para este momento desde hace siete años y son muchas las preguntas que ella debe responder. Porque tiene la obligación de hacerlo, merezco una respuesta del porque desapareció hace años, y del porque ha aparecido ahora.

Cuando llego a la dirección estaciono mi auto frente al edificio y me apresuro a entrar al lugar. En la recepción no me hacen ninguna pregunta -creo que ni si quiera notaron cuando llegué, pero no me quejo- así me subo al elevador y presiono el botón indicado. A medida que el elevador va subiendo mis nervios van creciendo, y cuando las puertas se abren siento que tengo el corazón en la garganta.

Salgo al pasillo y busco el número de apartamento. Cuando lo encuentro permanezco frente a la puerta durante varios minutos, preguntándome a mí mismo si de verdad estoy listo para esto. Porque quiero hacerlo, de verdad que quiero enfrentar a Raven después de todos estos años, pero no sé si estoy preparado.

RECUÉRDAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora