Capítulo 51

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Capítulo 51

Benson.

En los siguientes diez minutos Lyra se dedica a mostrarme todas y cada unas de sus posesiones más valiosas, lo que equivale a cada objeto que hay en su habitación. Desde un dibujo suyo pegado en la pared hasta uno de los dientes de leche que ya no forma parte de su boca, el cual guarda dentro de una media. Yo, por mi parte, permanezco sentado sobre su cama mostrándome sorprendido cada vez que encuentra algo nuevo para mostrarme.

Ella parece tener miles de datos para compartir sobre cada objeto de esta habitación, y sinceramente yo podría sentarme a escucharla por horas sin ningún problema. Ella parece contenta con mi atención, y eso me hace feliz. Es increíble lo mucho que me importa cuando apenas hace unas semanas me enteré de su existencia. Siento que ahora mismo soy capaz de dar la vida por ella, supongo que así se siente el amor paternal.

—¿Puedo decirte Ben? —La pregunta de Lyra hace que salga de mi ensimismamiento, volviendo a darle toda mi atención. Parece que ya se ha cansado de mostrarme sus cosas y ahora tiene ganas de platicar.

—Claro, mis amigos me llaman así.

—Yo también tengo un apodo, mi abuela me dice Lyly.

—¿Tu abuela? —No puedo evitar preguntar sin saber a quién se refiere. Los padres de Raven murieron hace años y, que yo sepa, no tiene ninguna otra familia.

—Ajá, mi abuela Gina, ella vive en otro país, pero antes vivíamos con ella.

De inmediato recuerdo a Raven decir algo sobre que Gina fue una gran ayuda para ella en todos estos años. Supongo que se convirtió en una madre para ella. No puedo si quiera imaginarme lo duro que fue para Raven criar a Lyra, trabajar y estudiar al mismo tiempo. Es algo digno de admirar, aunque sigo pensando que todo pudo haber sido diferente si tan solo ella me hubiese buscado y contado todo desde un principio.

—¿Extrañas vivir con ella?

—Sí, pero me gusta más estar aquí, con mi mamá, y mi tío, y Any, y tú, y mis amigos del instituto.

Una pequeña sonrisa se dibuja en mis labios al escucharla mencionarme en la ecuación.

—¿Te gusta el colegio al que vas?

—Sí, aunque mi mamá ya no me deja ir.

Supongo que eso se debe al revuelo que hubo con los videos de nosotros en la actividad. Aun no he salido a aclarar nada y la gente sigue pensando que es mi sobrina. Para ser sincero no tengo ganas de lidiar con todo eso por ahora, esta última semana me la pasé encerrado en mi apartamento porque sabía que, en cuanto pusiera un pie fuera de él, me encontraría con cientos de periodistas y paparazis que buscan obtener una respuesta de mi parte. Ni si quiera he estado asistiendo a los entrenamientos, lo que tiene a mi entrenador más que enojado. Tampoco he vuelto a hablar con China, ella ha mantenido la distancia, aunque ya veo cuáles son sus intenciones.

—¿Y no te gustaría ir a otro colegio? —Inquiero, porque he estado pensando seriamente en proponerle a Raven cambiarla de escuela, tal vez una en la ciudad donde vivo. No me molesta tener que viajar hasta acá para verla, puedo hacerlo sin problema, pero la idea de tenerla más cerca suena mucho más encantadora.

Lyra solo se encoge de hombros en respuesta, mostrando su clara desinterés por el tema, tanto incluso que decide cambiar el curso de la conversación.

—¿Cómo conociste a mi mamá?

Su pregunta me toma por desprevenido, no esperé que ella preguntara algo así. Yo le echo un vistazo a la puerta entreabierta -cerciorándome de que Raven no esté cerca- antes de contestar con total sinceridad.

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