Capítulo 55

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Capítulo 55

Unos días después.

Benson.

Estoy a punto de lanzarme sobre el sofá para echarme una siesta cuando escucho a alguien tocar mi puerta. Por unos segundos sopeso la idea de fingir que no hay nadie en casa, pero la insistencia de los golpes termina por irritarme y no me deja más remedio que ir a ver de quien se trata.

Me preparo para mandar a la mierda a quien sea que esté detrás de la puerta, pero cuando la abro la maldición se queda atorada en mi garganta al ver que se trata de Lisa y Raúl.

—Oh, míralo, ¡Si está vivo! —Es lo primero que dice Lisa dando pequeños brinquitos en su lugar y aplaudiendo a la vez.

—Menos mal, ya me estaba asustando —Dice Raúl a su vez, llevándose una mano al pecho y fingiendo un suspiro de alivio.

—¿Qué hacen aquí?

—Estábamos preocupados —Es Lisa quien responde.

—¿Por qué?

—No contestas nuestros mensajes —Revela como si fuera la cosa más obvia del mundo, cruzando sus brazos sobre du pecho y reprendiéndome con la mirada.

—¿Y no pensaron que solo no quería hablar con nadie?

—Tampoco has ido a los entrenamientos —Es Raúl quien habla está vez —Hablamos con el guardia de seguridad del edificio y nos dijo que no has salido del apartamento en días, ¿Qué demonios te pasa?

—No tengo nada, están exagerando.

—¿Exagerando? Benson, ¡¿Te has visto en un espejo?! —Me señala —Las ojeras casi cubren todo tu rostro, parece que no has dormido bien en semanas.

Bueno, tal vez se deba a que no he dormido bien en días. Me abstengo de decir.

—Ben, ¿qué te pasa? Realmente estamos preocupados —Lisa usa un tono suave esta vez, mirándome a los ojos como si de esa forma pudiera descifrarme.

Exhalo con fuerza y me paso las manos por el rostro, exasperado.

¿Qué les voy a decir? ¿Que me dejé guiar por los impulsos y besé a Raven, y ahora me encierro en mi apartamento como un cobarde en un intento de fingir que no ha pasado nada? ¿Que mis intentos de borrar lo que sucedió en aquella cocina son inútiles, porque ella no deja de aparecer en mi mente a cada segundo, sin querer darme tregua?

Mierda.

—Has estado así desde que regresaste de visitar a Lyra, ¿Pasó algo con tu hija? —Intentan adivinar.

No, por suerte.

—¿Raven no te deja verla?

Ella no haría eso.

—¿Descubriste algo más?

¿Además del hecho de que los sentimientos que sigo teniendo con la madre de mi hija son más fuertes de lo que creí o del hecho de que mi madre la ha demandado en mi nombre? No, para nada.

—¿Acaso ella...?

—¡Basta! —Los detengo cuando están a punto hacerme explotar la cabeza con sus malditas suposiciones —¿Quieren saber lo que me pasa? Bien, ¡Pues pasa que me he dejado llevar y he besado a Raven y ahora no puedo dejar de pensar en ella todo el puto día! ¡Eso pasa!

Los ojos de estos dos se abren en sorpresa al escuchar mi confesión, y la escena me hubiese parecido cómica de haber sido otro momento. Los conozco demasiado bien y sé que lo que les acabo de decir no es explicación suficiente, por lo que me preparo mentalmente para narrarles todo, sabiendo que de una u otra forma ellos terminarán por sacarme hasta el más mínimo detalle.

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