Capítulo 60
Doble actualización (1/2)
Raven.
—¿Te gustan los mariscos? —La pregunta de Esteban me saca de mis pensamientos.
Nos mantuvimos en silencio durante casi todo el camino, él conduciendo y yo mirando por la ventanilla, por lo que me toma por sorpresa que quiera iniciar una conversación ahora cuando ya falta poco para que cada uno tome caminos diferentes; yo a mi apartamento y él de regreso a la empresa.
—No mucho —Contesto para no ser descortés.
—¿Qué tal la comida tailandesa? —Continúa indagando.
—No está mal, pero no es mi favorita —Me encojo de hombros.
—¿Comida típica?
—No quiero ofenderte, pero la comida española carece de variedad.
—Mmm no, voy a fingir que no dijiste eso —Habla en un todo serio, pero noto la sonrisa que adorna su rostro a pesar de que mantiene la vista al frente.
—Estoy siendo sincera, sería peor si finjo amar la gastronomía española siendo mentira —Puntualizo.
—Tienes razón —Acepta tomándose un segundo para apartar la vista de la carretera y regalarme una sonrisa. Sus ojos me miran con demasiada intensidad y es algo a lo que todavía no me acostumbro, por lo que vuelvo a posar mi vista en la ventanilla. Lo escucho aclararse la garganta antes de volver a hablar —¿Entonces qué te gusta? Porque no pareces una mujer de ensaladas.
—Soy más una mujer de pastas, de hecho —Admito.
Él disminuye un poco la velocidad cuando gira la última esquina, entrando a mi calle.
—Hay un restaurante llamado TAU en la ciudad, dicen que sirven la mejor pasta de España, deberíamos probarla —Sugiere.
—Sí, claro —Contesto simplemente sin prestar mucha atención a sus palabras.
Solo tengo ganas de llagar a casa y descansar un poco. Estas últimas semanas han sido demasiado agotadoras a nivel emocional para mí. Por un lado, está la demanda, cosa que me tiene nerviosa las veinticuatro horas del día, y por otro lado está la maldita actitud de Benson después de aquel beso, me mantiene ansiosa el hecho de que no he sabido de él en algunos días. Y ahora a todo eso debo sumarle los rumores de la empresa.
Cada vez peor.
El auto se detiene finalmente frente a mi edificio, por lo que giro mi cuerpo hacia Esteban para hablar antes de salir.
—Gracias por traerme, no tenías por qué hacerlo —Agradezco y no sé por qué espero una respuesta de su parte, tal vez un "no fue nada" o una simple sonrisa, pero no obtengo respuesta, ni si quiera una expresión, su rostro se mantiene serio mientras me escudriña.
Sintiéndome un poco fuera de lugar le doy la espalda y abro la puerta del auto para salir de allí de una vez por todas, pero antes de que pueda poner un pie sobre la acera siento sus dedos envolver mi antebrazo y detenerme.
—Raven —Llama mi atención, haciendo que nuevamente me gire para verlo. Su mano desenvuelve mi brazo, permitiéndome acomodarme nuevamente en el asiento —Yo... te estoy invitando a salir —Suelta, dejándome petrificada en mi lugar.
Miro a mi alrededor en busca de alguna pista que me indique que esto es una broma, pero ni si quiera en su expresión encuentro tal señal.
—No, no lo estás haciendo —Es lo que logro articular, y quiero golpearme a mí misma al escucharme.
—Sí que lo hago —Contradice riendo —Bueno, lo hice.
—No, por supuesto que no lo hiciste —Insisto —Hablábamos de comida.
—Sí, era una indirecta —Confiesa y puedo ver algo de vergüenza en su expresión —Esperaba que lo notaras.
—Ahh, yo... no lo hice
—Eso veo —Dice y no puedo evitar sentirme algo avergonzada.
—Lo siento —Susurro.
—¿Es un lo siento por no captar tus indirectas o un lo siento, no quiero salir contigo? —Intenta bromear, pero esta situación no me parece nada divertida.
Ambas. Quisiera decir, pero algo dentro de mí no me deja hacerlo, por lo que permanezco en silencio, observándolo y preguntándome a mí misma qué es lo que no me permite decirle que sí.
La palabra BENSON se enciende en mi cabeza con luces intermitentes, dándome una respuesta. Después de aquel beso no sé dónde estamos parados, y eso me tiene confundida.
Ante mi silencio, él estira los labios en una sonrisa algo desanimada, como si pudiera ver claramente la indecisión en mi expresión —No tengas miedo a rechazarme, lo entenderé si no quieres aceptar, está bien.
Una pequeña sensación de culpa se instala en mi pecho y por más que intento no puedo ignorarla. Esteban ha demostrado ser un buen tipo y siento que no merece mi rechazo, pero al mismo tiempo no quiero obligarme a hacer algo que no quiero.
—Tengo muchas cosas en la cabeza ahora mismo, Esteban, y ninguna de ellas me deja darte una respuesta —Soy sincera.
—Entonces no lo hagas, —Dice, dejándome algo confundida —No te sientas presionada, si quieres tomarte un tiempo para pensarlo entonces hazlo.
—¿En serio?
—En serio —Saca una tarjeta de presentación del bolsillo de su chaqueta y me la entrega —Escríbeme cuando sepas la respuesta.
—Lo haré —Aseguro guardando la tarjeta en mi cartera —Gracias.
Esta vez obtengo una sonrisa como respuesta, y no dudo en salir del auto de una vez por todas.
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RECUÉRDAME
Teen Fiction¿Qué harías si un día descubres que estás embarazada de tu novio, el cuál se fue a estudiar a otro país, y ahora su madre te pide que abortes y desaparezcas de sus vidas? ¿Qué harías si te ves obligado a viajar a otro país para estudiar, y tiempo de...