Capítulo 77
Raven.
Parpadeo un par de veces en un intento de espantar las lágrimas y suelto un profundo suspiro antes de empezar a ordenar el desorden que es mi habitación, queriendo también hacer lo mismo con el desorden de mi cabeza.
No sé cuánto tiempo pasa, pero cuando me doy cuenta ya he terminado de cambiar las sábanas, me he vestido, he preparado otro desayuno (negada a probar el que Benson hizo para mí) y he lavado los platos, todo en modo automático, y aunque ahora me encuentro sentada en la sala tratando de ver el programa de cocina de algún canal aleatorio, sigo sintiendo la necesidad de hacer algo más.
Es como si mi cerebro insistiera en mantenerme distraída para no pensar en lo que acaba de pasar, todo lo que acaba de pasar, y en gran parte lo agradezco, pero esa sensación de entumecimiento y despersonalización no me terminan de agradar. El efecto de sentir que flotas a pesar de tener los pies en la tierra.
—Hola.
Me sobresalto cuando escucho a alguien hablar detrás de mí y me volteo con el corazón en la boca para darme cuenta de que se trata de Anne. Mierda, estaba tan absorta en mis pensamientos que ni si quiera escuché la puerta siendo abierta ni sus pasos acercándose.
Una sonrisa burlesca adorna su cara y termina de adentrarse a la estancia antes de volver a hablar —¿Te asusté? Lo siento, creí que me habías escuchado llegar.
—No, no lo hice.
—Bueno, con lo alto que tienes el volumen de la televisión tampoco es como que puedas escuchar mucho más que eso, ya te digo eh —Dictamina dejándose caer a mi lado en el sofá y tomando el control remoto para bajar el volumen ella misma —¿Por qué lo tienes tan alto?
Para no escuchar mis pensamientos. Pienso con ironía, aunque, sinceramente, no había notado lo fuerte que estaba el sonido hasta que ella lo mencionó.
—No lo sé, estaba así cuando la encendí —Me encojo de hombros restándole importancia —¿Por qué llegas a esta hora? —Cambio de tema cuando me doy cuenta de que nunca le avisé que hoy no iría a trabajar, por lo que se supone que ella debía llegar hace al menos tres horas para cuidar a Lyra.
—Nolan me contó todo —Confiesa haciendo que la mire con el ceño fruncido.
—¿Qué todo?
—Que estabas algo enferma y que hoy no irías a la empresa.
Por un segundo creí que ellos sabía lo que había pasado hoy con Benson. Estúpido, lo sé, pero últimamente todos parecen saber todo lo que pasa en mi vida sin que yo se los diga, así que no me sorprendería.
—Oh —Es lo único que digo.
—Y también me dijo que Benson pasó la noche aquí contigo y que envió a Lyra a dormir a otro lado —Canturrea chocando su hombro contra el mío y yo ruedo los ojos.
Al final no estaba tan equivocada.
—Nolan es un chismoso —Comento haciéndola reír, aunque esa no era mi intención.
—¿No tienes nada que contarme sobre anoche? Inquiere usando ese tono socarrón que tanto empieza a molestarme.
—¿Qué se supone que debería contarte? —Finjo demencia por mi propio bien.
—No lo sé, ¿No pasó nada entre tú y...?
—No, no pasó nada —Me apresuro a interrumpirla mintiendo descaradamente, pero no quiero tener que hablar de eso ahora, no tengo la suficiente fuerza mental para hacerlo sin echarme a llorar, y ya me prometí no derramar una sola lágrima por esa tontería.
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RECUÉRDAME
Novela Juvenil¿Qué harías si un día descubres que estás embarazada de tu novio, el cuál se fue a estudiar a otro país, y ahora su madre te pide que abortes y desaparezcas de sus vidas? ¿Qué harías si te ves obligado a viajar a otro país para estudiar, y tiempo de...