Imaginando

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     Aunque estuviera preparado, igual se quedó cegado ligeramente por el flash de la cámara. Incluso segundos después seguía viendo la mancha blanca arruinándole la vista por más que parpadeara y masajeara sus ojos detrás de las gafas, sin embargo ni eso le quitaba la sonrisa. Menos escuchando a Seokjin tararear contento con la cámara en manos.

—Estoy seguro de que saliste bien. —le dijo recargándose en su hombro, su cabeza apoyada en él mientras sus manos movían la cámara apuntándolos a ambos sentados en la acera de una calle normal, en realidad a unas cuadras del hogar de Seokjin.

¿Por qué no se iban para allá? Fácil, Unyong se quedó a cuidar a los niños dejándole la tarde libre a Seokjin, y aunque lo agradecía, ni de broma volvería para ser atacado por cuatro personas que se pondrían en su contra solamente por molestarlo frente a Namjoon.

» Hoy tenemos que terminarnos este rollo, mi papá me va a comprar otros la siguiente semana así que quiero aprovechar que vamos para llevar a revelar estas fotos. —sacudió la cámara, seguro tanto él como Namjoon de que ese rollo tenía poco más de los dos tercios de su capacidad lleno de fotos o de Namjoon o de ambos juntos.

—¿Y-y nunca te dicen nada por las fotos?

De repente se sentía avergonzado de pensar que un extraño los vería juntos en tantas fotografías.

—Mis padres ya no me las piden para verlas, solo las que quiera enseñarles, pero no te preocupes —aun con la cabeza recargada en su hombro, Seokjin la movió ligeramente para ver a su novio y sonreírle aunque este mirara al frente algo serio—, no se las mostraré a nadie. Solo a ti. Voy a traerte el sobre y lo abrimos juntos de nuevo, ¿Sí?

Se movió y levantó el brazo, llevando sus dedos a rozar con cuidado y cariño la mejilla de Namjoon, disfrutando de verle avergonzarse pero sin moverse para retirarse, por el contrario, Namjoon se quedó helado y encantado con la caricia delicada que siguió en su mejilla. Le fue inevitable sonreír, y Seokjin aprovechó para pasar su pulgar por el hermoso hoyuelo.

Verdaderamente no quería moverse, por Namjoon el tiempo podría detenerse ahí y dejarlo para siempre plantado al lado de Seokjin toda una eternidad en la que el mayor se la pasara tomándole fotos y dándole mimos en las mejillas. Lo mejor era escuchar la risa de Seokjin de cerca, y que cuando este se volteara a otro lado podía animarse a darle besos en la mejilla disfrazados de abrazos cortos y amistosos en los que se le abalanzaba jugando.

Su propia mano picaba por ir y entrelazarse con la de Seokjin, pero seguían en la calle y cada tanto algún auto pasaba transitando como en ese momento en el que Seokjin se levantó del hombro del menor.

» ¿Entonces finalmente han arreglado tu bicicleta? —cuestionó estirando las piernas y moviendo sus pies, comenzaban a entumirse.

Namjoon asintió contento —Sí, mi padre ya aceptó ayuda y él con un amigo suyo están arreglándola luego de que él la rompiera más —ya pasado el tiempo a Namjoon le daba risa recordar a su padre tratando de reparar la bicicleta y fallando al dañarla más, aunque en ese momento se angustió—, dicen que en estos días se vuelven a reunir y la arreglan. Mi papá está muy ocupado con eso... le entretiene.

Y le distraía de lo que pasaba en casa, en realidad parecía que de repente todos los miembros habían volteado a otro lado buscando hacer vista ciega a los problemas entre sus paredes. Inclusive por esa semana su padre se limitó a dormir en el sillón a seguir insistiendo que se iría pronto.

—Cuando la tengas, hay que salir de paseo, ¿Va? —preguntó Seokjin codeándole levemente— Será divertido.

—Con una condición, hyung.

Cosas de Novios - NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora