Cosas de Novios - Namjin

La familia rota y la unida

     —Bueno, apuesto a que ahora eres capaz de verle el lado positivo a las cosas. —Namjoon realmente se hubiera reído, su padre era bueno en levantarle el ánimo, siempre, pero no tenía ganas de reír. No ese día.

Su mirada estaba fija en el exterior, tratando de ignorar el reflejo que le ofrecía el cristal de la ventana del automóvil, con la imagen de su rostro oculto tras unas gafas de marco negro algo delgado. Jamás imaginó que la secretaria se comunicaría con sus padres para que le llevaran al oftalmólogo, y tampoco pensó que verdaderamente fuese necesario que usará gafas.

Ya habían pasado un par de días desde su cita, y recién se los entregaron así que no asistió a la biblioteca. Y que bueno, con esos lentes quería ocultarse y no volver a salir jamás.

Si de por sí ya le decían todo tipo de apodos en la escuela a referencia de lo "nerd" que era, ahora sería peor, y si Kim Seok Jin le veía así... suspiró sintiéndose deprimido.

» Nam, hijo mío—la voz de su padre volvió a escucharse en el silencio dentro del vehículo. No había dicho palabra alguna desde que le recogió en la escuela—, tener lentes no es tan malo. Créeme, te ves muy bien con ellos. Y esa chica, la que me contaste, apuesto a que ahora te va a mirar.

Cierto, aún no sabían sus padres que la "chica" que le gustaba tenía unos hombros muy anchos y una notoria manzana de Adán. Nervioso, volteó a ver a su padre —¿En serio lo cree, appa?

Atento al camino, asintió —Por supuesto, un hombre con lentes demuestra que lee demasiado, que es muy inteligente.

Namjoon soltó una carcajada —Appa, mucha gente usa lentes por estar demasiado pegados a la televisión. Omma dice que yo lo hacía de pequeño, seguro es por eso que mi vista se ha dañado.

—¿Eres doctor? —cuestionó el adulto volteando a ver a su hijo con una ceja alzada— No puedes decir eso Namjoon, hazme caso.

Sin borrar su sonrisa, el adolescente señaló —Tampoco eres doctor.

—¿Y eso? Sé más que tú por ser mayor. Tranquilo Namjoon, uses anteojos o no, sigues siendo igual de inteligente y atractivo ¿O no te he contado la vez que aun con el labio roto...

—... hiciste que omma se fijara en ti y aceptara una cita contigo —completó Namjoon, sonriendo en grande. Se sentía mucho mejor, su padre era un experto en subirle el ánimo—. Me gusta mucho esa historia.

Por supuesto que le encantaba, fue el primer cuento que se aprendió, incluso se sintió muy sorprendido cuando se lo contó a sus compañeros y nadie lo conocía. Dentro de sus primeros recuerdos de vida, estaba su padre contándole a él y a su hermanita increíbles y emocionantes historias, que años después se enteró que inventaba, o al menos las alteraba un poco.

—A mí también, quizá se la puedas contar a tu chica, apuesto a que no la ha escuchado. —las palabras de su padre encendieron ligeramente su rostro, todavía le tomaba por sorpresa que sacara el tema, y que se referiría a su castaño como "tu chica". Bueno, dentro de lo que cabía, su padre pensaba que tenía razón.

Su nerviosismo fue evidente para el adulto, aunque este lo tomó de diferente manera » No le has hablado, ¿Verdad?

El suave negar de la cabeza de su hijo fue respuesta suficiente » Namjoon, hijo mío, ¿Tanto te apena acercarte a una chica linda?

Aun apenado, Namjoon respondió en un tono bajo —Es que... es muy linda y me da vergüenza acercarme —confesó—, se ve mayor, debe de ser muy lista y... creo que va a ir a la universidad ya, una vez la vi tomar una guía de preparación para el examen. A mí me falta un año, no creo que se sienta bien de saber que le gusta a un chico del instituto...