Nuestro fuerte

1.3K 161 223
                                    

[ Advertencia de contenido +18 ]


     Tuvieron que hacerse responsables de lo que hicieron, por supuesto. Seokjin y Unyong ofrecieron al día siguiente una disculpa y la promesa de que no volverían a desaparecerse así. Los pequeños tuvieron mucho que ver en que no los castigarán porque estuvieron muy emocionados contando que jugaron mucho. Seokjin pensó, mientras desayunaban todos juntos, que los niños fueron los que salieron ganando de la situación, ni siquiera habían mencionado a su padre. Aquel feo problema nunca terminaría probablemente, si bien tenían la excelente noticia de que el divorcio estaba ya firmado por ambas partes y que la custodia terminaría muy probablemente a favor de la madre, como familia sabía que ese hombre se estaría dando sus vueltas (como venía haciendo desde el inicio) para desestabilizar lo que fuera de avance que llevaran juntos, sólo y por el simple hecho de molestar a su tía. Ya había venido a gritar y perjurar que mientras él estuviera vivo, ella no tendría paz.

Completamente desagradable y ruin, ese hombre era capaz de anteponer su odio y rencor por su exesposa encima del "amor y cariño" que decía sentir por los niños, sus hijos.

Esa mañana Seokjin pensó que probablemente no tendría hijos, dudaba por mucho convertirse en alguien parecido a su tío pero la idea de hacer sufrir a niños por decisiones egoístas le hizo temblar. Mejor no, a menos que se sintiera listo y lo dudaba bastante.

—Jin.

Le habían estado hablando. El joven se sobresaltó y miró a sus padres, eran los únicos que quedaban en la mesa aparte de Gucksoo que esperaba a que su mamá lo viniera a bajar de la silla para bebés.

—¿Sí?

—Le estaba diciendo a Unyong y a ti que se van a encargar los dos hoy de la comida.

—¿De verdad? —buscó a su hermano mayor con la mirada, pero él ya había escapado para entrar primero a bañarse aprovechando la distracción de su hermano. Y claro, dejándole a él la primera tarea.

—Quiero que ahora me ayudes primero a revisar qué hace falta y luego vas a ir con tu padre y con tu tía a traer la despensa. Así que sube a cambiarte jovencito.

—¿Qué?

—Hazle caso a tu madre.

Seokjin se preguntaba a veces en qué momento dejarían de pedirle esas tareas, se sentía como un niño chiquito que nada más tenía que ir detrás de sus familiares ayudando con la cesta o con las bolsas. Sabía que poco a poco eso cambiaba, a veces le dejaban escoger parte de la despensa e incluso una vez a escondidas su padre le permitió manejar de regreso a su hogar, lo cuál fue tan atemorizante como emocionante. Pero no quitaba que le daba mucha pereza ir. Prefería arreglarse y salir pronto a visitar a Namjoon. El puchero en su rostro y la mirada caída fueron el reflejo perfecto de que no quería ir, ni siquiera encontró la fuerza para levantarse de la silla a pesar de que había terminado de comer. Estas vacaciones de invierno estaban siendo muy diferente a lo que había planeado.

—Anda Jinnie, tus primos ya están listos para irnos, sólo me queda arreglar a Gucksoo. —como si eso le animara más, Jin oyó a su tía cuando ella regresó a la cocina para cargar al menor de sus hijos. Genial, pensó, ahora también debía apoyar a cuidar de los niños.

—Jin, arréglate.

—Ya voy...

—¿A jugar?

—No Gucksoo, ahorita no vamos a jugar. Tenemos que ir al mercado, luego vamos a jugar, ¿Sí?

—Ji~

Cosas de Novios - NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora