Cosas de Novios - Namjin

Gafas

     Aunque lo dudó bastante, terminó cediendo a sus esperanzas de que su padre cumpliera su palabra, por ello Namjoon llegó a su casa con un libro más en su mochila.

—¡Llegamos! —frenó Tyrone su bicicleta, bajando sus pies de los pedales para sostenerse en equilibrio. Namjoon bajó también del metal en el que estaba parado, aligerando bastante el peso— Dime que fui veloz.

Mantuvo una sonrisa en la que sus dientes delanteros lucían, Nam bromeaba a veces llamándole conejo. Se quitó las gafas un momento para descansar la vista, o al menos esperar que el dolor de cabeza que le daba cuando iba en movimiento rápido, bajara aunque fuese un poco.

—Fuiste veloz Tyrone, casi nos matamos en una esquina porque derrapaste.

—Casi, casi.

Ambos rieron, volteando al frente cuando la puerta se abrió. Namjoon se colocó sus lentes para poder ver a su padre sacando la basura —¡Muchachos! —sonrió al ver a ambos primos ahí, su hijo un poco despeinado, aunque no tanto como el chico cuyo cabello largo tenía notables nudos— Tyrone, pensé que estabas desaparecido, tu madre me llamó otra vez.

El chico rió avergonzado, notando que su tío le miraba amistosamente —Ya le dije que voy por Nam a la biblioteca, solo que se le olvida a mi omma. Sólo me preocupo por que no atropellen a Nam si viene caminando.

Ambos rieron, Namjoon solo intentó ocultar su sonrisa empujando a su primo —Lo sé, conozco a mi hermana, y a mi hijo.

—¡Appa! —rió junto a Tyrone, el chico soltando sonoras carcajadas por la cara de Namjoon— Ugh, ya vete Tyrone, saluda a mi tía y dile que lo siento, y que la quiero.

—Claro —pronunció el chico de cabellos negros y largos empezando a dar vuelta a su bicicleta, mientras el de 16 se acercaba a su padre saludándolo con un abrazo—, ¡Adiós tío Eunjoon! ¡Te veo mañana Namjoon! —sus piernas se movieron empezando a alejarlo de los dos hombres parados, gritando al final. Namjoon sonrió y gritó un "Adiós" antes de sentir una mano en sus hombros.

—Te prometo arreglaré tu bicicleta pronto. —cuando prometía algo, lo cumplía ese hombre, pero Namjoon sabía que sus habilidades en la reparación no eran envidiables. Por esa razón, su madre insistía en que mejor llevarán la bicicleta a reparar con un profesional.

Entraron a su hogar entonces, dejando los zapatos en la entrada. Namjoon incluso se extrañó de encontrar un agradable silencio. Como si esa no fuera su casa, entró lentamente observando a su alrededor, buscando a su madre. Esperaba verla enojada, pero tras dar unos pasos, se la encontró recostada en el sillón de la sala viendo la televisión.

» ¡Mira a quien encontré! —exclamó su padre haciendo que ella volteara a verles. Sonrió al ver a su hijo con los lentes en buen estado.

—¡Namjoon! Ven —ella se sentó mientras el chico se acercaba, tomando lugar a su lado— ¿Cómo te fue hoy?

Pensó en lo cerca que estuvo de Kim Seok Jin, como este le vio y le sonrió directamente, fue tan especial para él. Estaba seguro de que guardaría esa imagen toda su vida, aunque en ese momento estuvo a nada de dejarse caer al suelo para esconderse.

—Bien. —susurró.

Con sus dulces gestos, ella sonrió y le acarició la mejilla —Me alegra, ¡Y también ver que esas gafas están bien! Mira —se dio la vuelta para alcanzar su bolso, del cual sacó un pequeño estuche para anteojos, era de color negro con un pequeño seguro de metal en el frente—, me alegra haberme equivocado pero pensé que en menos de una semana romperías tus lentes. Toma.

El joven aceptó lo que le extendió si madre, abriendo el estuche para descubrir que ahí se encontraba otros anteojos, sonrió apenado sacándolos para observarlos, eran parecidos a los que tenía puestos así que no había mucha diferencia si se ponía unos u otros —Gracias, cuidaré de ellos.