La otra familia Kim

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-Hyung... ¿Qué es eso?

-La tostadora. –respondió apenas levantó un poco la vista y reconoció qué le era apuntado.

-¿Y para qué sirve?

-Tostar el pan, ayuda a hacer el desayuno.

-No teníamos eso en la casa... ¿Omma puede usarla?

-Claro.

-Hyung... hyung... hyung... -Seokjin suspiró antes de levantar la cabeza y mirar al niño que estaba hincado en la silla a su lado-, ¿Omma la puede usar?

-Te dije que sí.

-Es que no me estabas mirando a la cara, y omma dice que si no hablas mirando a los ojos, es como si no hablaras.

-Eso no es cierto, si fuera así, yo no te habría oído, ni tú a mí.

-Pero se llaman modales, Jin –escuchó la voz seria de su madre antes de recibir un pequeño golpe en la cabeza-, te lo he dicho.

El niño rió por la expresión de dolor que hizo su primo antes de bajarse e irse corriendo a la sala. Seokjin miró con una mueca por donde se fue el niño llamado Kyenim, el mayor de los tres niños que recientemente se habían mudado oficialmente a su casa. Qué alegría.

Negó con su cabeza, tomando el cuaderno con ambas manos tratando de concentrarse más en su lectura y estudios, tratando de ignorar los gritos en el jardín por el juego de su tía con su segundo hijo, y la música de su hermano mayor en el piso de arriba.

Era casi imposible estudiar tranquilo, eso y guardar la calma para no gritarles a los niños.

-¡Hyung! –mordió su mejilla tratando de no enloquecer, ignorando su voz aguda-, hyung... hyung... ¡Tía, Jin hyung me está ignorando!

-¡N-no te estoy ignorando! –no supo decir qué le causó más desesperación, si el que verdaderamente le molestara la acusación o el que se lo haya tomado tan en serio como para responder. Igual resopló, sabiendo lo que pasaría.

Su madre regresó a la cocina para verle con el ceño fruncido -¡¿Qué haces Seokjin?! ¡Ya estás grande como para molestar a un niño!

-¡Omma, sólo estoy estudiando! –sacudió su cuaderno, haciendo énfasis en lo que había estado tratando de hacer desde hace como una hora atrás.

La mujer iba a regañarle por aun así no ser más atento con el niño cuando un llanto se escuchó y poco después la música paró, el bebé del hogar sollozando desde el piso superior. Su regaño cambió dirigiéndose ahora al mayor de sus hijos -¡Unyong! ¡Te dije que lo cuidarás!

-¡Me estoy bañando! –se excusó desde el baño, o eso se suponía, pero Jin podía imaginarlo apenas corriendo para escaparse de cuidar al menor de los tres niños.

El adolescente de 17 años realmente no tenía paciencia para todo eso, tenía que estudiar. Los exámenes se acercaban y debía estar preparado, sobre todo para ingresar a la universidad. Faltaban meses para ello todavía, pero quería estar listo.

Sus ojos se pasearon por sus apuntes una vez más, leyendo apenas una línea cuando el cuaderno fue cerrado por una mano femenina -¡Te estoy hablando, Jin!

-Le dije que hyung es malo porque ignora a la gente. –señaló Kyenim sentado haciendo que el mayor quisiera verdaderamente golpear a su primo.

-Ve a alimentar al bebé, estoy haciendo la comida y tu tía está ocupada con Jeonun, ¡Así que ve ahora! –le entregó el biberón en la mano, haciendo que Seokjin arrugara el ceño, queriendo replicar cuando la mirada de su madre se endureció.

-¡Bien!

Se levantó para ir corriendo al piso superior, escuchando al diablillo de su primo reír y pedirle con voz dulce a su madre leche achocolatada. El adolescente siguió subiendo y avanzó por el pasillo pasando por la habitación de sus padres, luego por el baño (en el que ya se escuchaba el agua cayendo) y terminó en la última habitación, la que había sido suya hasta que llegó su tía con sus hijos, entonces mandaron a Unyong a su habitación dejándolo sin privacidad alguna.

No debería quejarse, estaban ayudando a su querida tía, así que mejor calló y aceptó.

En la habitación se veía al bebé sentado en la primera cama, sollozando mientras quería bajarse pero le daba miedo, se notaba por cómo miraba alrededor y a las almohadas que le rodeaban para que no cayera de la cama mientras dormía su siesta.

-Ya llegué –dijo llamando su atención, entonces dejó de llorar, sobre todo al ver lo que traía en mano-, eres dramático, y glotón.

-Ji. –Seokjin no supo si fue su manera de decir "Sí" o si quiso decir "Jin", igual se sentó y le tendió el biberón. Las manitas del pequeño aceptaron la bebida y se pegó la mamila a la boca, acostándose en la almohada para beber recostado, tan cómodo. Seokjin frunció el ceño, realmente parecía que el niño no le necesitaba ahí, él podría irse, pero sentía necesario quedarse, al menos hasta que acabara o cuando Unyong saliera de bañarse.

-O podría llevarte a la sala para que yo pueda seguir estudiando. –pensó en voz alta, pero descartó esa idea, le temía a bajarse por las escaleras con un bebé en brazos.

El niño hizo un ruido, como si le respondiera, y Seokjin consideró traer sus apuntes, eso sería mejor, ¿Cuánto tardaba en bajar y volver a subir? Diez segundos, máximo, no creía que un bebé pudiera matarse en tan poco tiempo, ¿Verdad?

» No te muevas.

La única respuesta fue el sonido que hacía el niño al mamar, entonces, Seokjin se levantó y salió corriendo, bajando de dos en dos los escalones apresurándose en hacer todo lo más rápido posible. Pero pasó una desgracia.

Su pequeño primo tenía una expresión horrorizada, viendo venir un regaño y un castigo por derramar la leche chocolatada en la mesa, mojando los cuadernos de Jin. El adolescente se detuvo de golpe viendo el desastre, como la leche ya estaba goteando en el suelo, sus apuntes arruinados, y su primo, próximamente muerto —¡NO! —corrió a tratar de salvar los cuadernos, levantándolos con desesperación de la mesa solo para mancharse y ver que muchas partes eran ilegibles— ¡Kyenim!

El nombrado desapareció, se fue corriendo a esconderse, y en el piso de arriba el bebé empezó a llorar de nuevo cuando se vio completamente solo, así como su madre gritó desde la sala a Jin para que cuidara bien del bebé y lo arrullara para que no llorara más.

Pero Seokjin sentía que él era quien necesitaba eso, no quería llorar de la desesperación. Mordió su labio con fuerza, apretando los apuntes prometiéndose a sí mismo que era la última vez que intentaba estudiar en casa.

No podía esperar para irse e ir a la biblioteca, allí podría encontrar la paz que quería y los libros que le darían más información que en los apuntes, de hecho, ellos serían el canal por el cuál recibiría mucho más de lo que esperaba.





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Espero les hayan gustado ambos capítulos, considérenlos como rebanaditas de pastel para todos XD

Espero les hayan gustado ambos capítulos, considérenlos como rebanaditas de pastel para todos XD

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By the way, también es cumpleaños de Mickey Mouse <3

¡Estoy feliz por finalmente comenzar este fic! ¡Esperemos vernos pronto con nuevos capítulos!

Gracias por leer <3

Cosas de Novios - NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora