Adiós, tal vez...

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     Acompañarle a su hogar fue un error.

Seokjin no quería verlo de esa manera, pero a partir de ese día Namjoon se portó muy esquivo con él, las veces que fue a la biblioteca apenas y hablaron poco más, aparte de las notas, el menor no hizo un gran acercamiento. Y eso no le gustaba para nada a Jin, de por sí la consciencia ya le estaba pesando cada que recordaba lo poco que sabía de Namjoon, ahora que se alejaba más, se sentía peor el castaño.

Dejó de ir a la biblioteca como por dos días, creyó que para cuando volvieran a verse la tensión disminuiría, pero no fue así, cuando le visito el último día de la semana le costó muchísimo sacar unas sonrisas del menor.

Estaba siendo algo cansado, pero no se rendiría, Namjoon ya era alguien importante en su vida, le había escrito cosas maravillosas y la habían pasado bien. Sería estúpido dejar que una situación incómoda derrumbara todo por lo que habían pasado esos meses.

Siendo sábado, se suponía que él y Unyong tenían un día de descanso, al menos de la triada de sus primos, se habían ido con su padre a pasar todo el fin de semana. Su tía estaba encerrada en su habitación, sus padres salieron, por lo que pareciera que tenían casa sola los hermanos.

Unyong estaba recostado en su cama con la radio cerca de su cara, había puesto uno de sus cassettes preferidos, por lo que movía su cabeza y pies al ritmo de la música, leyendo un grueso libro para su escuela, debía de terminarlo para entregar una tarea. A un poco de distancia, estaba la cama tendida de Jin.

Al contrario que su hermano, Seokjin se encontraba de pie buscando un gran recopilador, compartían el mueble y aunque ambos intentaran mantenerlo en orden, siempre terminaban sus cosas revolviéndose. Había varios recopiladores ahí, todos iguales, la mayoría de los que sacaba eran de su hermano, por lo que fue toda una batalla encontrar el suyo. Cumplía más la función de un álbum, de portaba él mismo se encargó de decorarla con el recorte de un periódico con la foto de su madre cuando ganó un concurso de belleza.

Tuvo que pensársela dos veces si se retiraba de su cuarto para abrir ese álbum o si sólo se sentaba en su cama, no quería que su hermano estuviera de metiche en sus cosas, pero al verlo pudo notar que estaba demasiado metido en su libro y música. Esperaba que fuera de esos momentos en los que ni le ponía atención.

Acomodó sus almohadas para poder sentar cómodo, con su recopilador en manos, tomó lugar y lo abrió encontrándose con muchas pequeñas notas acomodadas en la última página, ahí estaba desde la primera nota de Namjoon, la más reciente se encontraba todavía dentro de su mochila, misma que se encontraba cerca. Sacó su colorera, ahí estaba doblada la pequeña nota que tomó su lugar con el resto.

Todas esas pequeñas y arrugadas hojitas se veían hermosas a sus ojos, y ahora tienen tanto valor como otras páginas dentro del recopilador. Al acomodarse en su cama, leyó distintas y cortas notas que le ha escrito Namjoon, todas cortas, pero tan cargadas de sinceridad, sin duda ahí se encontraba el verdadero Namjoon, ese que pese a que le avergonzara decir algo, lo escribía, si algo le ponía demasiado triste, también lo escribía, si era feliz, cualquier cosa, ahí estaba. En sencillas y lindas palabras para él, Seokjin tenía el placer de releerlas de nuevo ese día en su habitación.

La carta que se unió al resto decía:


Para Seokjin hyung:

No ha llovido estos días, pero se siente nublado aún.

Quisiera ser más para ti, para mis padres, para mis amigos, pero esta lluvia interna me ahoga cada que pienso en ello.

Cosas de Novios - NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora