Cosas de Novios - Namjin

En la casa Kim

     Namjoon aún no podía responderle a Jackson si la habitación de Seokjin era aquella de cortinas moradas.

Tampoco era algo que le quisiera compartir en sí, pero a veces Jackson insistía en saber la respuesta, sin explicarle porqué era necesario que le diera tal información. Pero Namjoon sólo se encogía de hombros y le repetía que aún no había visto su alcoba, pero que si le servía, las cortinas en la cocina tenían bordados de flores. Cuando le respondía eso, su mejor amigo volteaba los ojos y Tyrone le insistía que debía de moverse para mejor investigar el color de las sábanas de la cama de Seokjin.

Entonces él se avergonzaba y negaba rápidamente, recordándoles que en cada una de sus visitas la familia de su novio se encontraba en casa.

Días de invierno habían pasado tras el cumpleaños de su pareja, y Namjoon no volvió al siguiente día, sino 2 después con un separador de libro hecho por sí mismo, como regalo atrasado. Entonces volvió al día siguiente, luego no pudo por un par de días en los que evitó salir porque su tía le había descubierto siendo ayudado por Tyrone a pasar por la ventana y le dio vergüenza volver a intentarlo, no la suficiente como para que al siguiente fin de semana él mismo le dijera a Tyrone que volvería más tarde, aún si Jackson no se encontraba para darle alguna coartada.

En casa de Seokjin escuchaba los balbuceos emocionados de Jeonun porque iba a ir con su papá al acuario, mientras le prestaba atención y le comentaba datos que consideraba interesantes sobre los animales que podría encontrar, le fue imposible no contagiarse de auténtica emoción por sus ojos brillantes. Fue consciente de lo ligero y tranquilo que se sentía en comparación a una semana, con miedos cayéndose y rompiendo cadenas que atormentaban a su cuerpo.

¿Ser cuidadoso para no cargar más a sus padres de problemas aparte de la actitud de su hermana y del divorcio? Eran situaciones complicadas y que aún le hacían sentir tristeza, pero pasó de ser una sensación aplastante de angustia a un zumbido de un mosquito molesto que se iba haciendo más lejano mientras más tiempo pasaba lejos de su hogar. Y claro, que su tía le evitara tampoco le tenía contento, pero Tyrone y Jackson eran una gran ayuda.

Seokjin también.

—Jeonun, ven a ponerte tu suéter.

—¡Hyung dice que voy a ver mantacadas!

—Mantarrayas. —corrigió en voz baja, riendo junto a la madre del menor cuando el niño gritó la palabra correcta.

—No irás sin suéter, ven mi amor, tus hermanos están listos.

Sentado en la alfombra de la sala, Namjoon vio al pequeño levantarse apresurado para seguir a su madre, dejándolo un momento con la única compañía del videojuego pausado. Recargando su espalda en el sillón, solo esperaba al regreso de Seokjin quien se había levantado rápidamente al notar que las golosinas compartidas se habían acabado, y en sus propias palabras, no podía permitir que se quedaran sin deliciosos aperitivos. Habría ido contento a ayudarle sin dudar, pero la presencia del pequeño niño le entretuvo, y también alcanzaba a oír cómo su novio compartía algunas palabras con su madre en la cocina por lo que, jugando con algunas hebras sueltas de la alfombra bajo su cuerpo, prefirió esperar.

Era más agradable de lo que creyó el ir a casa de Seokjin, comenzaba a sentirse menos nervioso y más aceptado gracias a la amabilidad de la familia del mayor, por eso se sentía un poco culpable cuando deseaba que se fueran aunque fuera un momento, o cuando quería proponerle a Seokjin que se fueran a otro lado solos.

—¿En qué estábamos?

Al voltearle a ver, el gesto que le regaló fue de una sonrisa amplia, adorando la imagen de Seokjin acercándose a él con unas cuantas bolsas de papas fritas que fueron colocadas frente a ambos.