Tennessee se alejó con la respiración agitada... Abrí mis ojos esperando que el momento no hubiera sido un sueño y ahí estaba, con las pupilas dilatadas... Ella me sonrió y me dio un ultimo beso, uno lento y suave...
—Tennessee... Yo...
—No digas nada, Kara...
No sabia exactamente qué quería decirle... Creo que era muy obvio que cualquier cosa que deseáramos no pasaría más allá de esa noche. Hasta el momento ya había sido una noche muy divertida y linda, estaba de más hablar sobre algo que no tenia sentido, ella volvería a california al amanecer y yo a New York... Tal vez lo único que sí quería hablar era acerca de su nombre, pero, a pesar de los lejos que habíamos llegado esa noche, ella no parecía tener interés en decírmelo.
Lo único que pudimos hacer fue mirarnos y en nuestros rostros se dibujo una inmensa sonrisa.—Te dejé la cara llena de labial —Dijo ella riendo. Sacó nuevamente un pañuelo de su bolso e intento limpiarme las mejillas.
—Déjalo ahí, es para no olvidarme de ti.
—Qué cosas dices, Kara!
—No hay forma de que puedas quedarte otro día? Podríamos ir al cine, te puedo invitar a algún lugar...
—Kara... —Se detuvo un momento mirándome a los ojos. —Si por mi fuera me quedaría todo el mes...
—Pero dijiste que te casarías conmigo... Si te vas como nos vamos a casar? —Ella solo dejo salir una pequeña risa.
—Solo espero que cuando nos cacemos nos bebas tanto...
—No, ese día no beberé ni una gota, porque no pienso perderme nuestra luna de miel! Tengo que estar muy despierta para poder cargarte hasta la cama sin que te me caigas!
—Lo mas probable es que las dos terminemos como el día de hoy.
—O peor!
—Solo no vuelvas a hacerme saltar desde un segundo piso, por favor!
—No prometo nada...
Estuvimos otro rato viendo las estrellas, ella abrazada a mí, intentando contar cada una. Contamos algunos malos chistes, pensamos en la fiesta, en si Barry y los demás estarían bien, pero de pronto lo olvidábamos, no estábamos lo suficiente lucidas como para sostener un solo tema.—Cuando era niña quería saltar tan alto para alcanzar las estrellas... —Dijo. —Pensaba que se encontraban cerca de la tierra, al igual que el sol... Pero entre mas crecía mas lejos estaban...
—Y qué harías si pudieras tener una cerca? —Voltee a verla.
—No lo se... Le pondría un nombre antes que todo...
—Si pudiera volar te llevaría hasta allá... Lo mas cerca que pudiéramos estar, y entonces tendrías tu estrella para nombrarla...
Ella sonrío y se acercó aun más a mí.
—Créeme que ya me has llevado muy lejos hoy...
Yo solo sonreí y me sumergí en otro beso lento por parte de ella cuando mi reloj comenzó a timbrar.
—5 am... Tennessee tu vuelo! —Me levanté de un salto.
—5 am?!... Pero si llegamos temprano a casa de tu amigo!
La vi con cara de susto cuando sentí agua en mi rostro, los espesores del parque comenzaron a rociar el césped.
—Oh Dios! No de nuevo!
—Dios, está helada!
La ayudé a levantarse del suelo cuando salimos caminando a toda prisa en dirección a la avenida Nebraska.