Me sostuve del barandál de las escaleras mientras sus palabras resonaban en mi mente. Recuerdo haber sentido lo frio de la madera, incluso pude sentir el vacío en mi estomago. Todo estaba claro menos las palabras de mi madre...—Qué?... —Dijo, Alex. —Cómo que falleció?
Ella se alejó en busca de su celular.
—No puede ser verdad, la vimos... La vimos antes del viaje a Nashville...
—Falleció, Alex... Mary marcó porque el entierro será en la tarde...
—No... Winn nos hubiera dicho si había algo malo con ella, ella estaba bien!
—Alex...
Alex tenia su celular en la mano intentando marcar el numero que tal vez era el de Winn, se lo llevó al oido varias veces sin obtener ninguna respuesta, marcaba una y otra vez, pero nadie atendía del otro lado.
Las dos voltearon a verme, esperando una respuesta o alguna reacción, pero no sabia si quiera cómo respirar...
—Mary dijo que Winn las necesitará... Ustedes saben que él no es tan cercano con su madre... Solo las tiene a ustedes...
No podía dejar de pensar en todo el trabajo que le costó a Winn tener a alguien en su familia que realmente lo apoyara y que ahora ya no estuviera más... "Hazlo y si te da miedo, hazlo con miedo!" Sonaban una y otra vez en mi mente las palabras de la abuela de Winn, que alguna vez le dijo para alentarlo a entrar la universidad de música.
—Kara... —Dijo mi madre esperando una respuesta.
Pero yo solo podía pensar en todo,
solo pensarlo.
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No hubo una misa, no hubo un discurso final, solo un entierro...
Winn permaneció callado en todo momento, viendo cómo el ataúd descendía mientras el padre recitaba algún fragmento de su biblia. Aunque todos se acercaban a darle algún gesto de consolación él apenas miraba, ni a Alex ni a mí nos dirigió la palabra, él solo mantuvo su mirada en aquella caja.
Mary, su madre, nos contó que la abuela de Winn había estado enferma desde hace algún tiempo, y que el viaje a Alaska que habían hecho después de regresar de Nashville, era una clase de despedida a su nieto. Lo había llevado allá porque era la única forma en la que podía irse en paz de este mundo, aunque su enfermedad no mostraba síntomas fuertes, ella supo que en cualquier momento las cosas empeorarían, sufriría y las probabilidades de superarlo eran bastante bajas. En aquel viaje ella le contó la verdad a su nieto, y no era el hecho de que estuviera enferma, sino el hecho de que había tomado una decisión, ella no quería luchar... Le costaría más tiempo él salir adelante de lo que ganaría de vida.
Pasaron los últimos dos meses en el hospital, asegurándose de que ella pudiera irse de la manera más pacifica, y Winn estuvo con ella en todo momento. Aunque era muy claro que él jamas estuvo de acuerdo con la decisión de su abuela, por su mirada, su silencio y la distancia con los demás, él estaba enojado.
—Winn...
Me acerqué a él y tomé su mano, al instante él se aferró a ella.
—Gracias por venir, Kara... —Dijo sin voltear a verme.
Agachó su mirada y se acercó al suelo tomando un poco de tierra, parecía cómo si aquel pequeño puño de polvo y piedras se hubieran llevado a a quien mas quería, la apretó entre sus manos mientras la llevaba a su frente intentando no llorar y solo la aventó hacia el ataúd. No dijo nada más, se alejó del entierro subiendo a su coche y marchándose... Intenté seguirlo pero mi madre me detuvo.