A veces tenía miedo de mi corazón, cómo se detenía de pronto, cómo sentía dolor o felicidad... Se hacía pequeño y se hacía grande, y aunque no lo veía, a veces parecía tan ajeno que me perteneciera, pues no sabía quién controlaba a quién. Y de pronto recordé aquella historia que me contó mi padre, de cuando era joven, sufrió tal ruptura amorosa que terminó en el hospital, que las palabras del doctor fueron "Puede tener un para cardíaco si somete su corazón a tal tristeza..." Bajó como 10 kilos de peso y que todos sus amigos le decían que se veía apagado...
Me preguntaba entonces si algo parecido me podría pasar...
Porque en verdad quería a Lena.Y quería con tantas ganas responder su carta, que el tiempo se regresara y poder responderle, así con las lagrimas pequeñas que me brotaban de los ojos. Aunque no supiera por dónde empezar, aunque me llevara toda una vida saber cómo dirigirme a ella. Tal vez escribiría también "Querida Lena... He recibido tus cartas" o tal vez un simple ''Me alegra saber de ti... " o si me atreviera aun más, le diría que había estado desesperada por regresar...
Seguramente buscaría en internet las instrucciones para escribir una carta, seguramente estaría nerviosa por escoger el tipo de papel, por no equivocarme al momento de escribir, o por no derramar el pegamento al momento de cerrarla...
Tal vez dejaría un beso antes de dejarla en la oficina postal...
Pensé en todo eso mientras estaba en el balcón, con esas lagrimas pequeñas al leer esa historia de Lena con su padre. Sostuve ese papel entre mis manos, imaginando cómo hubiera sido el momento de leerla a tiempo, la emoción de sentir que había una oportunidad con ella.
Sentí una especie de felicidad, al saber lo tierna que había sido su relación. Pensar que en algún momento ella tuvo esa calidez en su familia, y al mismo tiempo sentí tristeza porque llegara a su fin...Lena era más que fuerte, era también esa niña triste que extrañaba, era esa adolescente paciente, era esa mujer adulta con ganas de amar... Cómo no amarla? Cómo ir por la vida haciendo como si nada pasara después de haberla conocido?
Quería quedarme, quería ser ese momento antes de Jack, quería decirle que era yo quien llegaba para quedarse.
A veces tenía miedo de mi corazón... Del hambre constante de lo que quería. La forma tan abrupta en la que se detenía y comenzaba otra vez... Sin dejar de tejer, o enredarse, volvía otra vez a preguntarme por ella.
Y así me fui entre el sueño... con el corazón más confundido que un día de lluvia y sol. Soñándola, extrañándola...
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Instrucciones para escribir una carta...
Conocer a una mujer una noche, en un salón en el centro de la ciudad. Ser cortés con ella, invitarla a cenar y entablar una conversación, ligera y nada superficial. Apreciar la calidez y el silencio, su rutina de sonrisas, titubeos. Tocar algo para ella en caso de conocer algún instrumento, invitarla a conocer sus amigos y vivir una pequeña aventura a mitad de la noche, reírse de cosas simples sin miedo al ridículo, bailar, saltar y cantar. Y cuando la noche acabe... echarla de menos. Amarla después. Echarla de menos. Amarla después. Esperar a que pasen 365 días exactos.