No bastaba con amar, también había que decirlo...

378 43 8
                                    




—Kara?... —Escuché a mi tía Astra del otro lado del teléfono. —Está todo bien?...

—Hola...

—Que sucede, cariño?...

—Solo... Quería saludar... —Dije entre lagrimas.

—Hay algún problema? Normalmente no llamas a esta hora...

—Estoy algo mal... Tia Astra... Por...

Apenas podía hablar...

—La chica de la que me hablaste en navidad?...

—Sí...

—Qué pasó?...

—Ella...

—Sabes que me puedes decir lo que sea...

—Tal vez no soy buena para ella...

—Kara... Porqué dices eso?...

Hubo un momento de silencio, no podía continuar, permanecí en el balcón apretando en mi mano aquel trozo de papel...

—No lo sé... Yo...

—Kara...

—No quiero que me escuches llorar...

—Está bien llorar...

Astra esperó un momento al teléfono hasta que yo pudiera continuar... Sin interrumpir, aunque no sabia qué era lo que pasaba, escuchó atenta en todo momento.

—Su nombre es Lena... Y se casará dentro de tres semanas...

—Cariño... Lo siento mucho...

—Estoy bien... Es solo que... Me siento bastante estúpida en estos momentos.. Y no supe a quien llamar...

—No digas eso... Jamás sientas vergüenza de tus sentimientos... Y todo eso de que no eres buena para ella... Es mentira...

—Cometí un error... Tuve la oportunidad al frente en todo momento y no lo noté...

—Qué sucedió?...

—Ella dejó su numero de teléfono en mi saco la noche que nos conocimos... Y no me di cuenta... Recuerdo que me dijo que lo revisara... Y lo olvidé... Ahora ella se casará con alguien más...

—Pero has hablado con ella?...

—No... Ella estaba enojada también... Tal vez dije ciertas cosas que no debí decir...

—Pero es importante que la escuches... Ella se casará pero no sabes si ama a esa persona... Ella quería que la buscaras...

—Pero y si ella es feliz?... No quiero causar algún problema solo por alguien que conoció una noche...

—Habla con ella, Kara... Al menos para que las cosas no terminen así... Ninguna de las dos merece estar triste...

La puerta de la habitación se abrió lentamente y visualicé a Alex entrando. Ella saludó desde lo lejos y le di una señal para que pasara.

—Alex está aquí... Está bien si hablamos después?

—Claro, cariño...

—Gracias, tía...

—No tienes porqué agradecer... Te mando un abrazo...

—Un abrazo también...

Colgué el teléfono y me limpié los ojos entrando a la habitación.

Alex no dijo nada, solo me miró. Tomé el traje que aun permanecía en la cama y lo volví a meter en armario, no dije nada, intenté evitar su mirada, me senté a un lado de la cama y ella hizo lo mismo.

TENNESSEE (SUPERCORP AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora