—Veo que tienes compañía... —Respondió Lilian regresando su mirada hacia mí.
Me sentí intimidada inmediatamente...
Toda la situación fue incomoda. Lilian vio con detenimiento a Lena esperando una respuesta y ella se alejó de mí aun más.
—Olvidé que vendrías esta noche... —Respondió mientras se acercaba. —Ella es Kara Danvers...
Me acerqué a Lilian y me dio una media sonrisa.
—Kara, ella es mi madre Lilian.
Lena estaba nerviosa, lo pude notar.
—Mucho gusto... —Dije nerviosa también mientras le daba un apretón de manos.
Lilian no hizo más que mantener esa media sonrisa, la cual sospechaba no era del todo genuina.
—Las muestras están listas? —Preguntó regresando con Lena.
—Sí, iré por ellas al laboratorio de arriba.
—Está bien, te esperaré aquí con la Srta. Danvers...
Lena se alejó al elevador y mi ritmo cardiaco se elevó inmediatamente. Nos quedamos a solas en el laboratorio en completo silencio. Ella vestía un impresionante traje color beige con su cabello recogido, cualquiera podría jurar que era la madre legitima de Lena.
No sabía qué hacer... Lilian se acercó al microscopio y miró un momento por el lente.
—Estás completamente sana. —Dijo aun observando.
Me pareció de pronto sorprendente la seguridad con la que asumió era una muestra mía.
—Eres la chica de Nashville, cierto? —Preguntó regresando conmigo.
—Sí...
—Sabes... Lena y yo tuvimos una discusión respecto a eso... hace unos meses.
La escuchaba sin poder decirle absolutamente nada, la mujer era intimídate, y sabia que no podía causar más mal entendidos de los que ya había. Guardaba cierto desdén en la mirada, como si su amabilidad fuera más por honor que por gusto.
—Nunca he entendido a mi hija del todo... Tuvimos una fuerte discusión ese día, y por un momento creí que perdería la confianza de mi propia hija por una chica desconocida.
—Perdón, no quise causar problemas... —Respondí.
—No. No te disculpes. —Contestó inmediatamente volviendo su mirada hacia mí. —A lo que voy es que me sorprende lo rápido que construiste un lazo de confianza con ella, siendo que a mí me costó años.
—Oh...
—Esa noche, me di cuenta de algo, sobre mi propia hija. Regresé para disculparme con ella, y bajé justo a este mismo laboratorio. Y sabes qué la encontré haciendo?
—No lo sé...
—Lo mismo de siempre... Sus experimentos, sus muestras, estudios... Hay algo que nada ni nadie en el mundo le puede ofrecer como estos laboratorios... Cuando la dejé en su oficina, la deje llorando por la discusión y cuando volví aquí, sonreía solo por el hecho de estar haciendo un experimento... Jamás entenderé del todo cómo un lugar la puede hacer tan feliz...
Lilian se acercó al otro extremo del laboratorio, lentamente caminó y fijó su mirada en un punto de la pared, me acerqué y entonces noté que había un cuadro de Lena con su padre. Ella sentada en una silla de terciopelo mientras él permanecía a su lado de pie... Me di cuenta entonces de que en verdad Lionel amó a su hija, y no solo eso, esa foto decía mil cosas más... El legado de Lionel, de lo que más había estado orgulloso de haber hecho en la vida, fue traer a Lena al mundo... Era un cuadro hermoso. No era el típico cuadro familiar en el que uno de los padres se sienta al centro mientras los demás permanecen al rededor, este cuadro era humilde, no era Lionel con su gran empresa, ni mucho menos sus riquezas... Era su hija lo que él le dejaba al mundo...