Ruby y Smoky llegaron a un pueblo, bastante cerca de Villa Raíz, el pueblo de donde habían salido. En la entrada se leía un cartel: "Bienvenidos a Pueblo Escaso". Miraron el lugar, y se dieron cuenta de inmediato por qué le habían puesto ese nombre. Dos casas, una tienda y un Centro Pokemon. Pasaron a ver cómo era, cuando advirtieron que la gente los miraba raro.
—¿Qué les pasa?— inquirió Smoky
—Es extraño ver a un pokemon caminando junto a su entrenador— le explicó Ruby.
—¿No sería mejor que me metieras en mi pokebola? Así no nos mirarían feo.
—Que se mueran, no me importa lo que piensen. No voy a meterte en esa cápsula otra vez.
—Pero si quieres lograr tu objetivo de vencer al alto mando, debes primero evitar que te atrape la policía por llevar un pokemon fuera de su pokebola ¿No?
—Vale, como quieras— Ruby metió a Smoky en su pokebola, y la guardó en su bolsillo.
Seguidamente se dirigió a la tienda, en donde compró una mochila, y de ahí siguió hacia el norte, hacia la ruta 103.
—¿Qué buscamos?— le preguntó Smoky, cuando abandonaron Pueblo Escaso.
—A alguien
—¿A quién?
—Ah, nadie en particular. Es que supuse que como ya soy oficialmente un criminal, podría dedicarme a robarle a la gente. Digo, necesitamos dinero si queremos viajar, y no creo que trabajando honestamente pueda mantener mi vida criminal.
—Ah.
Caminaron y caminaron, y de pronto un gruñido los alertó. Ambos miraron hacia la hierba alta, en donde encontraron a una Poochyena gruñéndoles junto al cadáver de un pokemon de aspecto similar, pero más maduro. Antes que cualquiera de los dos pudiera hablar, Poochyena corrió para atacarlos.
Smoky se interpuso entre el pokemon salvaje y Ruby, pero este lo apartó de un manotazo y dejó a Poochyena morderle el brazo. Inmediatamente comenzó a brotar abundante sangre. La Poochyena rabiaba para destrozar la mayor cantidad de carne posible, pero Ruby no intentó quitársela de encima. Smoky corrió para ayudarlo, pero este lo detuvo con un gesto de la mano que tenía libre.
—Estoy bien— le dijo— No te acerques— entonces se dirigió a Poochyena— Estás enojada ¿Cierto?— no pudo evitar una mueca de dolor.
Ella mordió y mordió hasta que sintió algo duro, pero Ruby no se alteró. Cuando comprendió que su ataque no iba a hacer más efecto, lo soltó y retrocedió para hacer distancia, pensando en alguna otra forma de atacarlo.
—¡Ruby!— exclamó Smoky, alarmado.
—Estás enojada ¿Cierto?— repitió. Luego miró al pokemon muerto— ¿Esa de ahí es tu madre?
Comprendió que había dado en el clavo, puesto que los ojos de Poochyena se llenaron de lágrimas.
—Ya veo— abrió sus brazos, y se arrodilló— Ven, atácame como te guste.
Tanto Poochyena como Smoky se sorprendieron, y este último decidió dejar a Ruby hacer lo que fuera que planease.
—Mi mamá también murió— continuó él— Sé por lo que estás pasando. Así que adelante, te permito descargarte cuanto quieras. Solo te pido una cosa a cambio: No me mates. Aún tengo un sueño qué cumplir. Así que adelante.
La Poochyena estaba sorprendida, pero se sacudió esto y volvió a gruñir. Comenzó a rodear lentamente a Ruby, imitando torpemente a su madre cuando esta cazaba. Smoky retrocedió, amedrentado por lo que pudiera ocurrir. Finalmente ella arañó las costillas de Ruby y retrocedió instantáneamente, comprobando que este mantendría su palabra. No se movió para esquivarla ni contraatacarla en ningún momento, por lo que ella aprovechó de arrojársele encima y morderlo por todas partes. Estaba furiosa, tan furiosa que podía matar a alguien. De pronto se le encaramó al cuello y lo mordió con todas sus fuerzas, antes de ser arrojada hacia atrás por Smoky.

ESTÁS LEYENDO
Esclavos de Hoenn
Fanfiction*AU donde los pokemon tienen forma humanoide y pueden hablar. Al momento de mudarse, Ruby cree que los pokemon no deberían tener que hacer lo que sus amos humanos les dicen, así que decide cambiarlo. Esta es una versión alternativa de los eventos en...