Desesperación

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Cerca de mediodía Ruby y Kitten se encontraban en la carretera, dentro de la camioneta del anciano de la guardería. Iban en silencio, ella acurrucada en el asiento del copiloto, y él manejando distraídamente. Para quienes no han manejado en el campo, puede resultar una experiencia relajante. No necesitas preocuparte de semáforos u otros autos, y casi todo el tiempo tienes el ancho entero de la calle para ti solo.

De repente Kitten olió algo extraño.

—¿Te tiraste un pedo?

—¡No!— exclamó Ruby, sonrojado— ¿Por qué?

Pero justo en ese momento le llegó el asqueroso olor de la putrefacción. Eso solo podía significar una cosa. Miró en todas direcciones, y finalmente lo encontró. El matadero era un edificio tan feo y hediondo como lo había descrito en anciano en Ciudad Malvalona.

Ruby advirtió que un camino de tierra se salía de la carretera hacia el matadero, por lo que se desvió por ahí y aceleró a fondo. La camioneta, que ya era vieja y destartalada, saltaba tan violentamente que parecía que se iba a despedazar en cualquier momento.

—Allá voy, niños.

Transcurrieron varios minutos muy saltarines, hasta que llegaron a los pies del edificio. Apenas descender, el muchacho advirtió la presencia de un sujeto apoyado contra la muralla exterior.

El hombre, con un abrigo largo, traje de oficina y un cigarro barato en la boca, lo miró con cara de pocos amigos. Ruby se le acercó, desconfiado. Se notaba que lo había estado esperando.

—Hola, muchacho— lo saludó el tipo, y en un instante sacó su billetera para mostrarle una placa adentro— Soy el agente Cops, de la policía.

—Bien. Discúlpeme, pero tengo que entrar.

—No, no puedes pasar a ese lugar. Mira— le mostró la puerta más cercana, en donde decía "Solo personal autorizado"— ¿Lo ves? Solo puedes entrar si trabajas aquí o eres un policía como yo.

—Si es policía, entonces ayúdeme a salvar a mis pokemon.

Cops lo miró ligeramente desconcertado, y luego rió.

—No, así no trabaja la policía, chico. Se nota que te falta crecer.

—No me importa cómo trabaja la policía.

Ruby probó a ignorarlo y pasar por su lado, pero el agente le impidió el paso.

—Lo siento ¿A dónde querías ir?

—A donde usted me bloquea.

—Oh, disculpa, permíteme darte la pasada— hizo un gesto con las manos para que se devolviera hacia la camioneta.

—¡Esto es serio!

—¿Y lo demás qué? ¿Cuando mataste a toda esa gente no fue serio? ¿Cuando incendiaste Devon no fue serio? No puedes meterte en el mundo de los adultos y salir diciendo que todo fue un juego, chico. Si quieres ser un adulto, tienes que hacerte responsable de tus actos.

—¿Y se supone que deje a mis pokemon morir?

Ruby pescó un cuchillo que había saqueado de la guardería para degollar al agente Cops, pero este se inclinó hacia atrás justo para esquivar el corte. El chiquillo continuó dando tajos, pero estos solo atravesaron el aire.

De repente el agente Cops agarró su muñeca, le dio un rápido combo en la cara y luego otro en el brazo. Ruby se vio obligado a soltar el arma. Finalmente el policía llevó la muñeca del muchacho hasta su espalda, inmovilizándolo.

Esclavos de HoennDonde viven las historias. Descúbrelo ahora