Parte 46

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- Dos semanas después -

Llegue dos días antes de la boda de mi prima y estaba matando el tiempo en el hotel en lo que llegaba Namjoon, que por cierto, según venía molesto, pues de nuevo sacó el tema de querer hijos pero no le daba respuesta, eso le molesto más.

Pasaron las horas y por fin ya iba aterrizar el vuelo de Namjoon, así que me dirigí de inmediato al aeropuerto.
Al llegar todavía esperé unos cuantos minutos, hasta que lo vi... Lo vi cruzar esas enormes puertas, se miraba extremadamente guapo, tanto que ya quería lanzarme a sus brazos.

Al llegar a mi de inmediato me hizo una cara de indignación pero aún así acuné su rostro en mis manos para besarlo consecutivamente en los labios.

- No estás molesto, deja de hacerme esa cara. - di un último beso y simplemente recibí un profundo suspiro de su parte.

Subimos su equipaje a un coche que había rentado, después me subí, yo de piloto esperando a que Nam se subiera pero solo se quedó parado en la puerta del copiloto viéndome con terror. Aún así nos pusimos en marcha, notando cómo se aferraba a la puerta y exageraba sus movimientos cuando frenaba.

Seguí manejando hasta llegar a un lugar donde frecuentemente había turistas. Nos fue imposible ya que se la paso ignorándome, así que mejor nos fuimos al hotel.
Llegamos a la habitación, se dio una ducha, se puso pijama y salió al balcón en lo que yo me duchaba...

Al terminar decidí ponerme esto.

Salí al balcón y me paré a lado de mi esposo pero por lo visto ni me presto atención

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Salí al balcón y me paré a lado de mi esposo pero por lo visto ni me presto atención.

- Cariño, ya fue suficiente, no me estás prestando atención desde que llegamos. - proteste con un toque de capricho.

Por lo visto, su plan era ignorarme y simplemente ver hacia el cielo...

- Bien, ya no te molestaré. - suspiré con molestia. - Solo te comunicó que mañana te quiero listo muy temprano.

- ¡Dios! - fueron sus palabras al voltear a verme de arriba abajo. - ¡Ah! ¿¡Qué es esto!? - cerraba mi bata pero por mis pechos un tanto grandes, no lo lograba. - Te quiero cubrir esos pechos, se te ven los pezones, cariño.

De inmediato me eche a reír, sintiendo sus cálidas manos, tratando de lograr tal acción

- Deja de reírte Tn. - me habló con seriedad. - Vamos adentró que le estas enseñando los pechos a las personas.

- ¿Qué tiene? Como si nunca hubieran visto unos. - respondí con gracia.

De inmediato colocó sus manos en mis hombros para darme media vuelta pero...

- No te basta con enseñar los pechos, si no también el trasero, ve nomás.- bajo un poco mi bata pues quedaba justo abajo de mi trasero.

Entramos a la habitación y rápidamente cerró la puerta corrediza junto con las grandes cortinas.

- Mmm.- suspiré mientras me dejaba caer boca abajo en la cama. - Que aburrido regresaste.

- Narra Kim Namjoon -

Estaba acostada en la cama boca abajo, dejándome apreciar su lindo trasero, el cuál me volvía loco y aún más al tenerlo ausente por largos días...
Baje mi mano a mi bulto y traté de acomodarlo.

"Tranquilo amigo que estamos enojados tú y yo con Tn, por ahora"  fueron las palabras que se cruzaron por mi mente...

Trate de acomodarlo pero fue inútil. La fina y delgada tela de mi pijama nos seguía delatando, así que opté por acostarme también pero boca abajo.

A los segundos Tn, se colocó debajo de las sábanas, dándome la espalda. Opté por hacer lo mismo pero solo toleré al rededor de unos 20 minutos... Me di media vuelta pegando mi cuerpo al de Tn.

- Mmm ¿Qué haces? - preguntó entre un ronroneo.

Baje mi pijama junto con mi bóxer dejando mi pene libre, lo sostuve con una mano y con la otra moví la tanga de Tn hacía un lado, empezando a rozar mi pene en su intimidad.
Comenzó a salir mi pre semen haciendo que resbalara tan placenteramente, Tn ya se encontraba lubricada, así que empecé a pegar ciertos quejidos de placer y estaba a nada de introducirlo cuando Tn se mueve, quedando boca abajo mientras empezaba a reír.

- ¡Ah! - se quejó al sentir como le di una fuerte palmada en su trasero por tal acción.

- Acomódate. - ordené completamente caliente.

- No quiero. - empezó a sobar su parte afectada sin dejar de reír.

- Ve como me tienes. - tomé su mano e hice que lo sostuviera.

- Mmm, no es mi problema. - dijo con gracia y quitó su mano.

- ¿Segura? - pregunté con un toque de advertencia.

Afirmó con su cabeza.

- Bien. - dije fríamente.

No pasaron ni diez minutos cuando se pone boca arriba y abre sus piernas, posicionando una de ellas arriba de mi.
Sabía lo que estaba tratando de hacer y la verdad, iba a caer, me tenía muy sediento, mi mujer.

- Que conste que me diste la oportunidad y quien soy yo para decirte que no. - me hinqué enfrente de ella y empecé a besar su abdomen dejando pequeños hilos de besos.

Después empecé a bajar hasta llegar a su zona íntima, baje su tanga y me incliné hacia ella.

- Pon tus piernas en mis hombros, mi amor. - ordené.

Me obedeció y empecé a masajear con dos de mis dedos, los cuales salían empapados, pase cada uno de mis dedos para después bajar esa mano a mi pene y empezar a masturbarme mientras empezaba a devorarla. Mi lengua una y otra vez saboreaba a mi mujer, me encantaba el delicioso sabor que generaba.
Empezábamos a gemir cada vez mas fuerte; Tn tomó mi cabeza y me ayudaba a guiarme en los lugares que deseaba que mi lengua profundizara.

Me enderecé un poco y tome mi pene para meterlo de golpe en mi mujer, acomodé de nuevo sus piernas en mis hombros y empecé a dar fuerte empujones.

La miraba fijamente y apretaba sus ojos a la misma vez que mordía su labio inferior.
Empezó a jugar con sus pezones y me generó aún más excitación... Quité sus manos de ahí y las entrelacé con las mías para así subirlas, topando con la cabecera de la cama, pegándome más a su cuerpo.
Ya estaba eyaculando dentro de ella, lo que hizo que pegáramos fuertes gemidos, estábamos inundados de placer.
Seguía moviéndome mientras la besaba con desesperación, sin soltar nuestras manos y sin dejarla con autoridad.
Seguía besándola y empezaba a escuchar como se quejaba, me separé de sus labios para dejarla hablar pero sin dejar de moverme con rapidez y fuerza.

- ¡Cariño, más despacio! - se quejó pero sabía que ella no quería eso.

Volví a besarla pero empecé a bajar hacia su cuello, teniendo la boca de Tn justamente por mi oído, lo cual me dejaba escuchar aún más fuertes sus ricos gemidos.
Saqué mi pene y Tn pego un fuerte respiro, pensando que ya la iba a dejar descansar.

- ¿Qué? ¿Piensas que ya se acabó? - cuestione con una risa de maldad, haciendo que se pusiera en cuatro.

- Cariño, ya. - exigió

- No. - respondí a la brevedad mientras me quejaba y veía rebotar su trasero al chocar con mi cuerpo.

Sin control, empecé a palmear su trasero pues ver como rebotaba me causaba demasiada excitación...





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