No se te vaya a ocurrir faltar a clases un día, porque te puedes perder de mucho.
Dos weones se agarran a combos, hacen guerra de galletones, alguien hace la cimarra, suspenden al mateo del curso, el más flojo se saca un 7, algún aweonao se saca la...
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— Señor Moon, llega tarde. — dice el profesor Kyuhyun, en la puerta de la sala — Lo voy a dejar pasar solo porque usted me cae bien. —.
— Gracias profe, yo también lo quiero. —.
El profesor rodó los ojos riendo, se movió para dejarlo pasar.
Taeil entró corriendo y tomó asiento al lado de su pololo.
— Waaaaau, medio outfit. — le dice el Yuta, quién ahora se sienta detrás de ellos.
— Graciasss, ¿te gustan mis pantalones? — se levanta de su silla y da un par de vueltas en su lugar.
— Shaaa, se te ve el meo poto, ¿o no, yoni? —.
El Johnny andaba en otro mundo, estaba con audífonos y escuchando a la princesa alba.
— Todo lo que tu me pidas~ — cantaba super fuerte, varios compañeros se estaban riendo de su cara de felicidad.
El Yuta le pegó un wate para que lo pescara, el otro se giró too' choro.
— ¿Qué weá te pas- conchetumare. —.
Casi pero casi se pone a babear con la imagen frente a él.
Taeil decidió ponerse unos pantalones de cuero muy ajustados a sus muslos, lo que también hacía que le marcara el trasero.
— ¡Seo! ¡La boca! — gritó el profe, sin mirarlo, reconoció su voz por la costumbre.
Es que hermano, su pololo era perfecto, ¿cómo es que un ser tan hermoso existía?
— ¿Cómo me veo? Igual me hubiera peinado diferente pero salí rápido de mi casa. —.
El Johnny seguía pegao' mirándolo.
— Lo dejaste loco parece. — dice el Yuta y el Taeil se pone rojito.
Johnny recibió otro wate por wate de su amigo y ahí recién volvió a la realidad.
— Weón.. No estoy bien. — dijo, mirando el suelo.
— ¿Porqué, hermano? —.
— No debe ser normal estar tan enamorao' weón. —.
— Ayyy, pensé que de verdad estabai' mal. —.
El Johnny aprovechó que el profe salió a buscar algo y se levantó para chantarle el medio beso a su pololo.
— Te veí' más rico que la chucha. — le dijo al oído, el otro se río.
— Y tu igual po, me gusta cuando usai' esos polerones porque andai' calentito y me encanta abrazarte. — dicho esto pasó sus brazos por la cintura del más alto y lo acercó más para sentir su calor.
— Te amo. — le dió un beso en el cuello, haciendo que el otro riera por las cosquillas que eso le provocaba.
