Enzo
Pequeños jadeos salen de mí boca, mi mano se mueve de arriba a bajo intentando no descontrolarme y correrme en menos de un segundo. La imagen de Olivia con el uniforme, con mi camisa, diciéndome todos sus perversiones, como su mano apretó levemente mi erección en la reunión y la adrenalina que sentí al pensar que podríamos ser descubiertos.
Sin poder evitarlo, imagino que ella es la que me masturba, moviendo su mano sin prisa, viendo cada mueca de placer que puedo llegar a hacer, viendo cómo consiguió que me rinda ante ella y como sin pero alguno, la follaria en cada superficie.
Cierro los ojos sintiendo como el orgasmo se aproxima, relamo mis labios imaginando sentir los suyos, mi pecho sube y baja como si fuera que hice ejercicio, aumento la velocidad, siento como me tenso completamente y lo único que me hace falta es imaginar a Olivia montandome.
— Olivia.. — jadeo su nombre, me corro en mi mano y parte de mi abdomen.
Limpio mi semen con papel y me quedo acostado en mi cama intentando calmar mi respiración, luego miro de mala gana al techo.
Jodida, mente sucia.
Si antes me provocaba ahora más, no voy a negar que me encanta porqué lo hace, pero odio que mi autocontrol se va evaporando. Cada vez que la veo, me habla o apenas me mira, las ganas de besarla y follarla solo incrementan.
Soy un masoquista, no quiero estar con ella porque mis sentimientos están en medio, pero el deseo y lujuria que provoca esa mujer en mí se vuelve asfixiante, tanto para mí cómo para mí pene.
Soltando un suspiro me levanto de mi cama, voy al baño para ducharme y así poder calamar mis hormonas. Al terminar me pongo una toalla en la cadera, lavo mis dientes y salgo, freno en seco al ver una persona mirando mis estantes.
Camila.
Aprovecho que está dándome la espalda y me pongo una camiseta que estaba tirada en un mueble, meto medio cuerpo dentro del baño, solo asomo mi cabeza y carraspeo.
— Qué haces aquí? — cuestiono algo confundido e incómodo por su presencia.
Ella voltea a verme asustada y luego, suspira.
— Venía a darte una invitación para mí fiesta de cumpleaños. Que haces ahí?
— Por qué no me la entregas en el instituto? — pregunto.
— También quería que vayamos juntos y te vine a buscar, está mal? — pregunta insegura.
Suspira y niego con la cabeza.
— No, solo me tomaste por sorpresa. Espérame abajo, me cambio y vamos, si?
Ella asiente mirándome curiosa, pasa frente mío y sale de la habitación cerrando la puerta, salgo del baño y le pongo seguro a la puerta.
Me pongo mi boxer y con la toalla seco mi pelo, me pongo los pantalones, medias, zapatos, la camisa y por último la corbata. Tomo mi perfume poniéndome en el cuello y un poco en la ropa, el recuerdo de Olivia susurandome al oído me viene a la mente, respiró y alejo rápidamente ese recuerdo de mi mente.
Tomo mi mochila y bajo las escaleras, primero entro a la cocina para agarrar lo que me toca comer hoy, me dirijo a la sala donde está mamá y Camila hablando, me extraño al ver cómo mamá intenta no poner una mueca.
— Estoy listo, vamos? — hablo poniéndome frente a ellas.
Camila se levanta del sofá y mamá igual.
— Vamos. Un placer conocerla, señora Smith. — dice dándole un beso en la mejilla.
— Igualmente, Camila. Que tengan buen día. — responde.
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Polos opuestos
Teen Fiction[ Romance ] +18 Los polos opuestos se atraen, sí, pero ¿Durarán lo suficiente para llegar a amarse? Es posible saciar tu curiosidad y listo? Para Olivia French solo aumentará. Enzo es un chico como cualquier otro que tiene a la chica más codiciada d...