Capítulo 53 [ Confesiones ]

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4 de Diciembre

Olivia

Juro que no tendré hijos, son insoportables, y más si son de berrinchudos como Milo. Estamos comparando regalos para las fiestas, si, lo sé, falta mucho, pero Milo me obligó y aunque me negué, también tengo que compralo algo a Enzo, entonces, aquí estoy.

Milo pasea con emoción por las tiendas, le compro regalos a los chicos, sus padres y a Mila.

Todo un romántico.

Mientras, yo solo tengo una bolsa dónde está el regalo de Enzo.

— Que dices? Rojo o blanco? —me pregunta sosteniendo dos gorras.

— Para quién?

— Para Enzo.

Ladeó la cabeza.

— Blanco.

Él la mira y luego a mí.

— Lo viste con gorra alguna vez?

Esbozo una pequeña sonrisa.

— Creo que no.

Él frunce el entrecejo.

— Y entonces como sabes que le gustará el blanco? — rebate.

Me encojo de hombros.

— Intuición.

— Ajá, claro. — se ríe. Toma la gorra y luego se queda mirando unas pulseras. — Nos compramos unas pulseras de la amistad? — me pregunta con emoción.

Le sonrió sarcástica.

— Y después nos hacemos tatuajes de la amistad?

— Sí! — chilla ilusionado.

Borro mi sonrisa y lo miro seria.

— No.

Él hace un mohín.

— Eres aburrida. Vamos, Oliv, por fa. — sacude mi brazo como un nene pequeño.

Ruedo los ojos, sin decir nada tomo las pulseras y lo tomo del brazo para pagar, mientras, él sonríe feliz. No son feas en realidad, son de color azul con pequeños brillos y tiene las típicas iniciales de la amistad.

Salimos de la tienda para comprar unos batidos, él de frutilla y yo de chocolate.

— Que le compraste a Mila? — pregunto, no preste mucha atención. Él bebe de su licuado y me da su bolsa, lo toma y la abro. — Un collar?

— No la conozco tanto como para saber que le gusta pero siempre usa collares — explica. —, la imaginé con ese y se vería muy bonita, más de lo que ya es.  — un leve sonrojo aparece en sus mejillas y reprimo una risa. — Y tú, que le compraste a Enzo?

— Una camiseta de su jugador favorito de voleybol, Gilberto se llama, y una agenda para cuando sea nutricionista. — hago una mueca. — Aunque de acá a que se reciba no creo que se acuerde de esa agenda.

Milo me sonríe.

— El detalle es lo que importa. — menciona.

— Si y el dinero que gaste, también. — me mofo.

Él se ríe, negando con la cabeza.

— Te decidiste que carrera elegir? — pregunta, cambiando de tema.

— Haré las dos pero primero programadora de videojuegos, y tú?

Lo miro fijamente.

— Al final acepte medicina.

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