Olivia
Subo las escaleras del gimnasio hasta dar con el despacho de la segunda jefa, tocó la puerta y entro cuando su voz me indica que pasé. Le mujer de pelo rubio, echo en un moño perfecto, con su ropa deportiva característica, me recibe.
Su despacho con aspecto viejo, cuadros de boxeadores y boxeadoras, junto a la foto de toda su familia que ganaron importantes competencias.
Irma me sonríe y yo solo asiento a modo de saludó.
— Querida, por qué motivo pediste una reunión conmigo? —me pregunta en su tono amable y educado de siempre.
Ella se sienta en su silla y yo me siento en la que queda vacía, frente a ella, me enderezó y la miro seria.
— Quería pedirte un favor.
— Dime, soy toda oídos.
Me cruzo de brazos.
— Necesito trabajo, y podía dar clases de boxeo como hice algunas veces antes o lo que haya. Qué dices?
Sonríe de boca cerrada.
— No te preguntare el porqué, en este tiempo que te conozco sé que no me lo dirias y también, ví que tienes una buena derecha. — se mofa. Me hizo algo de gracia pero no lo demuestro. — Acepto que trabajes para mí, justo renuncio el chico, así que el puesto está libre y ahora es tuyo. — acepta. Suelto un suspiro de alivio.— La paga la veremos, hay algunos que pagan por clase y otros por mes, si quieres arregla con los que pagan por clase y los del mes, entre nosotras nos arreglamos. Bien?
La verdad, que aceptó lo que sea.
— Bien, rubia. — asiento con la cabeza.— A la mañana tengo instituto, técnicamente me tengo que ir, pero a la tarde y noche estoy libre.
— Los horarios los manejas tu, la gran mayoría viene a la tarde, así que eso es lo mejor.
— De acuerdo, gracias por la oportunidad.
Se levanta de su lugar y estira su mano.
— Eres una buena chica, creciste mucho en este lugar y nos ayudaste, por eso y más mi hermano y yo te tenemos aprecio, para lo que sea nos tienes.
Estrecho su mano y le sonríe a medias.
Los hermanos Vázquez, jefes de este gimnasio, ellos me ayudaron a sacar mi rabia de manera justa y no violenta como lo hizo Cameron, y yo les ayudaba en reclutar jóvenes para que vayan a trabajar o sacar su ira como yo.
A varios les di uno que otro golpe para que vayan, pero eso ellos nunca lo supieron y así es mejor.
Salgo del despacho aliviada de tener trabajo, empezaré los fin de semana a la tarde, y algunos días de la semana. Salgo despidiéndome de algunos de los chicos, me subo al auto y vuelvo a suspirar.
Es hora de ser independiente y este es el primer paso.
— Y? Dijieron que sí o que no? Porque tu cara sigue siendo seria. — habla Julieta.
Enzo tenía que ir a entrenar temprano, pronto tendrá otro partido importante, entonces, aproveche y llame a Julieta, le conté en resumen lo que pasó y que estoy en la casa de Enzo.
— Tengo trabajo. — ella me sonríe.— Mi cara es la misma que siempre. —aclaro ante lo primero que dijo.
Ella arranca el auto, conduciendo para ir a buscar a Iara y Milo, una risita burlona sale de ella.
— No cuando estas con Enzo. — se burla.
— Y tú, que me dices? Hay que ponerte un babero cuando vez a Iara. — me burlo.
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Polos opuestos
Teen Fiction[ Romance ] +18 Los polos opuestos se atraen, sí, pero ¿Durarán lo suficiente para llegar a amarse? Es posible saciar tu curiosidad y listo? Para Olivia French solo aumentará. Enzo es un chico como cualquier otro que tiene a la chica más codiciada d...