Capítulo 18 [ Obligame, Ninfómana ]

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Olivia

Me trueno los dedos, una y otra vez. Otra manía que tengo.

Empecé a mandar solicitudes a varias universidades para el próximo año y ahora estoy haciendo un ensayo para a la que realmente quiero ir, pero no sé que poner en “Cómo te ves de acá a cinco años?”; la verdad, diez metros bajo tierra.

Bueno, primero quiero mi título de programadora de videojuegos o ingeniería, cualquiera de las dos me haría feliz.

Mi mente queda en blanco, es difícil imaginarte de acá a cinco años, es algo utópico lo que uno imagina, casi siempre es totalmente distinto a lo que ocurre luego.

Me giro en mi silla frente al escritorio, tratando de pensar, pero nada viene a mi mente.

Pego un brinco en mi lugar cuando la puerta de mi habitación es golpeada y por las voces reconozco a mis amigos. Me levanto de mi silla, saco el seguro y los dejo pasar.

— Hola, ninfómana. — saluda Julieta y se tira en mi cama.

— Hola, celopata. — me burlo. Ella rueda los ojos.

— Mejor amiga. — dice Milo. Me saluda con un beso en la mejilla.

— Mejor amigo. — correspondo. Él se siente en mi cama al lado de la castaña. — Qué hacen aquí?

— Estaba aburrida. — responde Julieta con una almohada en su rostro.

Apuesto a que Iara tenía algo que hacer.

— Y yo la acompaño. — agrega Milo.

Ruedo los ojos.

— Gracias, por hacerme saber que me quieren, eh. — digo sarcástica. Ellos ríen.

— Que hacías? — curiosea Milo viendo mi computadora.

Me vuelvo a sentar en mi silla.

— Escribia el último ensayo para la universidad, pero me quedé en blanco. — explico. — Ustedes, saben a cual irán?

— No sé que hacer con mi vida ahora, menos voy a saber en el futuro. Eso podrías poner en el ensayo. — habla Julieta.

— Eso es bueno para una crisis existencial, pero no para aplicar a una universidad.

Se encoge de hombros.

>> — Ese es unos de los motivos por los que no iré a la universidad, te hacen imaginar un futuro que es incierto y por más que luches por lograrlo pueden pasar muchas cosas para que eso no ocurra. — finaliza. Se levanta de la cama. — Iré por comida, quieren? — pregunta y asentimos. — Ahora vuelvo.

Sale de la habitación como Flash, ella ama la comida. Entre la lista de las cosas que ama está primero su novia, la comida y los programas de divorcios.

— Y tú? Irás a alguna universidad o seguirás el camino de Juli. — digo divertida a Milo.

Él sonrie.

— Si sigo su camino a mis padres les da un paro cardíaco a la vez. — ambos reímos.— Aplicaré a la universidad a la que fue mamá y estudiaré medicina.

Lo miro fijamente.

— Te gusta medicina?

— Mmm, no es mi sueño como el tuyo de ser ingeniera o crear videojuegos, pero tampoco me disgusta. — aclara.

Aún en la silla me acerco a él, para despeinar sus rulos.

— Tienes que buscar lo que te apasiona, no es lindo hacer algo que no te gusta, Milo. Tus padres en algún momento tendrán que entender que no eres su títere o que siempre harás lo que ellos digan. — comentó.

Polos opuestos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora