Capítulo 29 [Más, más.]

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Enzo

En el fin de semana no hice nada más que pensar en la foto que me mandaron sobre Olivia y Leo, me dolió pensar en que tal vez ellos estaban juntos.

Me costó mucho reunir el valor de decirle cómo me sentía pero aún más el echo de terminar con todo lo que tenemos. Quise ser masoquista y por más que no sienta nada más que atracción por mí, pensé en seguir con ella.

Pero como Olivia es tan impredecible y una caja de sorpresas, me cerró el pico con su confesión.

De solo recordarlo una sonrisa se plasma en mi rostro.

— Enzo, estás bien?— la voz de Olivia me saca de mis divagaciones.

Sacudo la cabeza y le sonrió levemente.

— Sí, solo pensaba. — respondo.

La acomodo mejor en mis piernas y afianzo mi brazo en su cintura. Con mi mano derecha acaricio sus muslos y de vez en cuando los aprieto. Olivia me rodea con un brazo y con el otro sostiene su teléfono.

— En el exelente que nos sacamos en química? Gracias a mí, por supuesto. — dice con una sonrisa arrogante.

— Yo también hice mi parte. — replico.

— Bueno sí.. pero por tu casi error nos cuesta el treinta y cinco porciento del trabajo.

— Pero no pasó. — recalcó.

— Gracias a mí, Smith. — aclara. Hago un gesto restándole importancia.

El sonido de la alarma que programo Oliv suena, eso significa que podemos sacarnos las mascarillas. Ella se baja de mis piernas y se pone entre ellas para sacarme la mascarilla.

— Siento la cara dura. — murmuro. Hago muecas de dolor cuando tira fuerte.

— Quieres que te ponga dura otra cosa? Por mi no hay problema en atenderla. — sugiere divertida.

— Olivia, no sigas por ahí. — advierto.

Termina de sacarme la mascarilla y aún sentado veo como ella se quita la suya. Trago grueso cuando flexiona la pierna y su rodilla se pone muy cerca de mí entrepierna.

— Por qué no? Ya casi es una semana sin follar. Mi cuerpo lo pide y se que tu cuerpo de bebé también. — comenta.

Frunzo el entrecejo.

Enjuaga un poco su rostro y se pone en la posición anterior pero está vez su rodilla soba lentamente mi entrepierna. Aprieto la mandíbula y un leve gemido sale de mí. Olivia acerca su rostro al mío y estoy ansioso de probar sus labios pero ella me tortura rozandolos.

— Ansioso, Smith? — cuestiona divertida. Asiento con la cabeza. — No te oigo, quiero palabras.

— Sí, estoy ansioso. — respondo en un atropello.

Exhalo exageradamente cuando se sienta sobre mí. Mueves sus caderas en circulos, llevo mis manos a su trasero guiandola para que haga más fricción.

— Que es lo qué quieras, Enzo? Dime. — pide jadeante.

— Olivia, joder. No podemos ahora. — intento mantener la cordura.

Se supone que era relajarnos un momento y luego íbamos a tener una cita.

Nuestra primera cita.

Olivia sigue moviendose y asiente con la cabeza.

— Si, lo sé. Vamos a ir pero, un rapidito, sí? — sugiere, mordiendo el lóbulo de mi oreja.

Polos opuestos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora