Enzo
Se volvió a la vieja rutina de voleibol, extrañaba sentirme así de relajado y poder descargar mis sentimientos buenos o malos ahí en la cancha con mi equipo.
Aún no nos dieron la fecha cuando tendremos partidos importantes, tal vez dentro de un mes o dos uno amistoso y con el equipo contrario de nuestro mismo instituto.
Además de la liberación que siento de volver a entrenar, también siento de nervios por no decir bastantes al ir hoy a la casa de Olivia, y algo emocionante es que me haya invitado se que no le dijo principalmente con la intención de ver películas, pero eso es lo de menos.
Note que está acostumbrada a estar con chicos que solo buscan follar y ya, como si nadie en su vida se haya interesado en conocerla más a fondo y no solo en la cama.
A ver, me encanta su cuerpo, pero ella me gusta por su personalidad; directa, sincera, divertida y orgullosa, su inteligencia y su forma de preocuparse por los demás aunque no lo admita.
Si somos muy distintos, supongo que ella es lo que yo evitó ser y admiro eso. Olivia es una persona que sin hacer nada todos posan su mirada en ella.
Una pequeña sonrisa se plasma en mi rostro al recordar como me invitó a su casa y el sentimientos de emoción que me invadió.
Salgo de mis divagando cuánto escucho una carcajadas. Me concentro para ver a todos reír animadamente en el salón, estamos a una hora de irnos y aprovechamos para unir las mesas así pasar tiempo juntos.
— Que asco! Cómo vas a tirarte un pedo en un ascensor! Pobres seres humanos. — exclama horrorizada Belén.
Contrae su cara disgustada y se acomoda los anteojos. Supongo, que Milo fue el que lo conto porque tiene las mejillas rojas o es porque la chica que le gusta lo mira con una mueca de asco.
— Tenía diez años! El médico me había dicho que no tenía que reprimirlo si no me haría mal retenerlo. — se defiende aún más rojo.
Todos se ríen de él. Aprieto el entrecejo.
— Oigan, imbéciles. Dejen a mi amigo si no quieren que bromeé con ustedes hasta hacerlos llorar sobre sus patéticas vidas. — habla Olivia.
Giro un poco la cabeza para verla apartada del grupo, está concentrada sin mirar a nadie jugando a un videojuego en su teléfono.
Diría que me sorprende cuando todos se callan, pero no lo hace, ella sabe intimidar sin dedicarles una mirada. Aparte, es muy capaz de romperle el auto alguien.
— Tu vida es muy interesante, no?
Me sorprendo cuando Camila habla y peor de mala manera, casi que queriendo provocarla.
Olivia no aparta su vista del teléfono, pero veo como aprieta levemente su mandíbula.
— No más que la tuya o si? — cuestiona tranquila.
La mirada de Camila se endurece ante la indiferencia de Olivia.
— Mi vida es muy interesante. — responde.
— Pues que siga así, cariño. Te doy todas mis buenas energías. — el sarcasmo es evidente en su voz.
Todos estamos en silencio, atentos ante su cruce de palabras. Me remuevo algo incómodo, esta rivalidad es mi culpa.
— No necesito tus falsas buenas energías. — espeta.
— Genial, tiene reembolso, así que quédate tranquila. — aclara divertida.
Eso hace enojar más a Camila.
— No me quieras subestimar, French. — gruñe Camila.
Cierro los ojos casi que preparándome para la tercera guerra mundial.
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Polos opuestos
Teen Fiction[ Romance ] +18 Los polos opuestos se atraen, sí, pero ¿Durarán lo suficiente para llegar a amarse? Es posible saciar tu curiosidad y listo? Para Olivia French solo aumentará. Enzo es un chico como cualquier otro que tiene a la chica más codiciada d...