13

1.2K 178 32
                                    

[...Willy...]

Los días los pasaba lento, pero cuando menos me dí cuenta ya se completaron las cuatros semanas. Aprendí mucho en este tiempo, si bien no era el mejor del mundo, estaba muy contento por mi pogreso. En el primer combate con Vegetta, un solo chico lo pudo ganar y fue casi por suerte. En el combate final con Vegetta, después de terminar nuestra última práctica con el maestro, estuve entre los nueve que lograron vencerlo.

No alardee mi victoria porque de igual manera Vegetta sigue siendo superior a mi, pero ese día estuve muy contento. Nunca pense que saber luchar me haría tan feliz, eso sí, el mundo en la academia era tan diferente.

Cuando volvimos a Karmaland, comencé a sentir las secuelas de todas las peleas. En la Academia se sentía el dolor cuando nos golpeabamos e incluso las muertes eran lo mismo que sucedía en Karmaland, pero los dolores en los huesos y articulaciones no existían allá.

Hace dos días que estoy en reposo tomando pociones y comiendo lo mejor que puedo para mejorarme. Ya me sentía un poco mejor pero una que otra punzada fuerte me molestaba a veces.

De momento me encontraba entretenido jugando con mi boina hasta que escuche ruidos en la puerta, mire por la ventana encontrandome con que L estaba en mi terraza, cuando me vió asomarme por la ventana sacudió una de sus manos, la otra la tenía detrás de su espalda.

Rápidamente abrí la puerta y me tiré sobre él a abrazarlo, creo que fuí un poco brusco ya que se tambaleó pero cuando se estabilizó me correspondió el abrazo.

-Parece que alguien me extrañó- Se río y yo sonreí asintiendo.

-Escuche de pajaritos que ganaste contra Vegetta- Su mano subió y bajó por mi espalda de forma que me hizo sentir tranquilo.

-Mírale al enano, hasta ya tiene músculos- Acarició mi brazo y lo apretó varías veces-De brazos macizos ¿Es acaso una forma de decirme que quieres pelear conmigo?- Negué varias veces contra su hombro.

-No pienso tener otra pelea contigo, eres muy cruel- Me queje apoyando mi mejilla en su hombro-¿Cruel yo? Discúlpame pero creo que te estas equivocando de persona, yo soy un amor de persona- Se rió en voz baja y yo no hice más que reir sarcásticamente.

-¿No me crees?¿Alguien cruel te daría esto?- Bajo sus manos a mi cintura para separarme, un toque que me puso nervioso pero lo ignoré. De su bolsillo trasero sacó una caja pequeña y me la extendió, yo las agarré con inseguridad.

-¿Qué es?- Pregunté sacudiendo la caja cerca de mi oido, escuchando como varias cosas livianas chocaban con la caja, él volteó los ojos y paso su brazo izquierdo en mi espalda y comenzó a llevar hacía adentro de mi habitación.

-Galletas, le robe la receta Luzu. Así que estoy segurisimo de que me salieron ricas- Cerró la puerta y después se adelantó a sentarse en la cama.

-Gracias- Le sonreí y abrí la cajita en lo que me sentaba a un lado de él. Dentro había varías galletas con chispas de chocolate, eran bastante grandes algunas, casi del mismo tamaño de la palma de mi mano.

-¿Quieres?- Agarré una estirandola hacía él pero la alejó con su mano-Las hice para ti-Su mano rodeó la mía y dirigió la galleta hacía mi boca, el contacto visual no se había cortado y no sé que yo buscaba encontrar en su mirada, pero puedo asegurar que en la mía había confusión ¿Por qué estaba haciendo esto?

-¿Abres la boca o no piensas comerlas?- Preguntó con burla comenzando a mover nuestra manos en círculos a la par que la galleta, alterne la mirada entre la galleta y él y suspiré.

-Es que es tonto- Murmure negando, abrí levemente la boca levemente y él metió parte de la galleta, le di un mordisco y él se hizo hacía atrás feliz con su tontería y soltando mi mano.

Nueva vida | WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora