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[...Willy...]

Tres días de extremo descanso supongo que estaba bien, logré dormir bien y estar como nuevo, obviamente L no ha venido a casa porque él también debe descansar y hacerse cargo de su vida privada.

Descubrí que lo de la chaqueta era cierto, si no dormía con ella puesta no había pesadillas. Ayer fui a la casa de Auron, allí también estaba Luzu y le conté a ambos lo que me estaba pasando, ambos coincidieron en que alguien me hizo alguna brujería. Que alguien me lo habrá pasado cuando me toco la chaqueta.

Me hicieron divagar, sin embargo como no sabemos cuándo comenzó todo esto, no tenemos a ningún sospechoso en concreto, y si nos basamos en los que me tocaron la chaqueta, todos son sospechosos.

Ahora, me encontraba mirando las librerías que están cerca de la mesa de encantamiento de una de las salas de la casa, pero ahí solo había encantamientos de armadura o armas, quizás debería ir a la biblioteca a buscar algo sobre brujería, maldiciones o algo así.

De casualidad levanté la cabeza y gracias a la ventana veía a L viniendo hacia aquí. Pensé que se tomaría más tiempo en volver, levanté la mano como saludo y él la sacudió, deje uno de los libros en su lugar y fui a paso rápido a abrir la puerta.

-Hola, no te esperaba hoy- Lo hice pasar y él asintió a modo de saludo-La verdad que no tenía pensado venir, pero me entere por ahí que te tiraron una maldición o algo así- Dijo acercándose a mi rostro, me miro a los ojos analizándome y luego giro al rededor de mí tratando de observar cada parte de mi cuerpo.

-No sé que haces, pero la maldición no está en mi cuerpo, sino en mi chaqueta- Él paso de estar a mis espaldas a ponerse delante de mí- Ya lo sabía, solo checaba- Me palmeo el hombro y avanzó por la sala mirando a su al rededor.

-Colocaste la mesa- Susurró acariciándola por encima-La encontré ordenando mi cofres, si no era el caso me tendrías que haber hecho otra mesa- Él se rio sarcásticamente, diciéndome indirectamente que eso no sucedería. Sabía que era broma, y si le ofrecía algún mineral o comida a cambio, él aceptaría cualquier cosa.

-En fin, ¿Qué tenemos planeado para hoy?- Se enderezó y volteo a mirarme- ¿Y si me ayudas a sacarme la maldición?- Pregunte con sarcasmo, él me imitó provocando que ambos riéramos.

-Ve a traerme la chaqueta- Dijo ya calmado por la risa, asentí y comencé a subir las escaleras para ir a mi habitación a buscarla. Cuándo la sostuve entre mis manos sentí una puntada en el pecho, la solté automáticamente y me encogí llevando la mano al pecho.

Respiré hondo calmando así levemente el dolor. Busque con la mirada algo para agarrarla, una tijera es lo que estaba más cerca, lo agarré con ella y baje.

-¿Por qué la traes así? No seas exagerado- Fruncí el ceño y le mostré el dedo del medio con mi otra mano-¿Por algo será, no? Cuando la toque me dolió en pecho- Se acercó rápidamente a mí y me quitó la chaqueta sin pensarlo dos veces.

-¿Estás bien?- Asentí extrañado por su cambio de actitud-¿Sabes cómo purificarla o algo así?- Pregunté rascándome la cabeza como clara evidencia de que no tengo ni idea de estas cosas.

-Iré a mi casa y vuelvo en unas horas, no te duermas o te despertaré a cachetadas- Me advirtió señalándome, puso la chaqueta sobre la mesa y  comenzó a doblarla-Que amable de tu parte- Comenté sarcásticamente-Nadie dijo que tipo de cachetadas- Su tono fue un tanto confuso acorde de lo que dijo, pero en sus ojos se podía notar que se estaba divirtiendo.

-¿Qué significa eso?- Él murmuró reiteradas veces que no era nada y se rio antes de salir por la puerta, no sé si yo soy malisimo para entender o él es malisimo para decir chistes ¿Lo que dijo siquiera era parte de un chiste o era algo de sus perversidades?

Nueva vida | WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora