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[...Vegetta...]

-¿¡Qué carajos haces aquí, Willy!?-Volteé rápidamente hacía donde escuche el grito de uno de los chicos, Willy no estaba en el sector que le correspondía, de hecho estaba bastante lejos de su posición ya que se supone que él debería estar muchos kilómetros al oeste en vez de aquí.

-Algunas de las avispas tienen magia y me aparecí aquí, perdón. Igual, no sé, pero creo que necesitan un poco de ayuda aquí-Vaciló un poco y cortó tres patas de un solo corte y después partió el abdomen de la avispa como si fuera una rebanada de pan, fruncí el ceño ante su comportamiento. Estaba un poco lejos de mi, pero sabía por su expresión que no estaba enojado ¿Por qué tenia tanta fuerza?

-¡Willy, vuelve a tu posición!-Grité estirando mi brazo hacía mi izquierda, asegurándome de reojo que la avispa que estaba a mi lado estuviera agonizando.

-¡Si, mi señor!-Hizo saludo militar sobre su frente dejándome confundido-¿Y a este que le pasa?-Susurré siguiéndole con la mirada mientras corría velozmente en dirección a su zona esquivando a los demás y sus avispas.

-¡Si, mi señor!-Hizo saludo militar sobre su frente dejándome confundido-¿Y a este que le pasa?-Susurré siguiéndole con la mirada mientras corría velozmente en dirección a su zona esquivando a los demás y sus avispas

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[...Willy...]

Confundido miré a mi alrededor y me levanté del suelo limpiandome él pantalón ¿Por qué estaba en una cueva? Se supone que debería estar luchando no perdido en una cueva, me exalté del susto cuando escuche ruidos raros entre la oscuridad.

Solo había una antorcha cerca y digamos que no iluminaba demasiado, me puse en posición para atacar cuando los ruidos se comenzaron a escuchar más cerca a mí posición.

Lo primero que entró en mi vista fue una cabeza peluda y gigante con más de un ojo sobre su cabeza. Una horrible sensación recorrió mi cuerpo-Tranquilo, Willy. Solo es una pequeña arañita-Susurré dando pasos lentos hacía atrás, sentía que en cualquier momento me desmayaria.

La araña era de casi la altura de mi pecho, cerré los ojos ante el escalofrío que me recorrió, la estaba pasando horrible y ni siquiera han pasado cinco segundos. Hubiera salido corriendo allí pero mi espalda ya había chocado contra algo que suponía que era más piedra de la pared de la cueva, y no veía nada como para salir de allí.

-Por favor, déjame en paz-Llorique cerrando los ojos con fuerza al sentir su presencia cerca de mi, me hice bolilla en el suelo abrazando mi rodilla para llorar del miedo entre ellas.

Sentía sus horribles patas peludas sacarme la boina y acariciar mi cabeza mientras a lo lejos escuchaba el ruido de los murciélagos.

-Solo es tu imaginación, Willy, no existe, no existe-Comencé a repetir una y otra vez intentando convencerme de que no era verdad lo que estaba sucediendo mientras me ahogaba en mis propias lágrimas para tratar de no desmayarme, mi fobia esta haciendo demasiado efecto.

Derepente sentí todo iluminarse a mi alrededor, abrí los ojos y mirando por los huecos que había entre la separaciones de mis dedos y mis rodillas pude observar luz, calmando mi llanto me quedé por un momento más comprobando que ya no sentía ninguna presencia y me levanté rápidamente encontrándome con una puerta frente de mí.

Nueva vida | WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora