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[...Willy...]

Las dos semanas de descansos se me pasaron en un abrir y cerrar de ojos, de los once días de descanso que me quedaron, seis estuve colaborando en la construcción de la casa de los chicos y los otros cinco intentando mejorar la relación con el niño.

Vegetta estaba lleno de trabajo así que no habia podido visitarme esa semanas, y aunque quise ir a verlo no pude porque igualmente tenía que estudiar y por las noches salia a practicar con las criaturas que se spawneaban así que también terminaba cansado, de igual, sabía que todos los días él estaba en cualquier lado menos en su casa, por lo que era difícil concordar con el.

Todavía no me lo tomaba en serio los "Te amo" que me había dicho la última vez que estuvimos juntos, eran dos palabras que abarcaban muchos sentimientos, no sé porqué no me daba mucha confianza. Pero decidi ignorar todas mi dudas acerca de eso porque seria retroceder pasos en nuestra relacion, aparte, teniendo en cuenta que a veces era muy sensible, me deprimiria sin sentido alguno, y posiblemente tambien en vano.

También me costaba entender que tenía un hijo, lo tomaba como un hermanito pequeño a mi cuidado.

Con los chicos dudabamos de que el niño estaba cerca de tener los tres años y que tenía un poblema con el habla, porque después de aquella vez que Vegetta le enseñó decir algunas palabras, se olvidó de ellas y sabe decir menos de diez palabras.

Y aunque todos los días habíamos intentado enseñarle algo, él solo reía y decía "papi" y estiraba sus brazos para que yo lo abrazara. Matt me había dicho que en el pueblo a veces gruñia a varios niños que estaban jugando cerca, pequeños detalles que me decían que su crianza sería un poco complicada para mi.

En aquellas semanas que estuve en la academia para la segunda etapa de refuerzo, el niño se quedó en la casa de los chicos, estaba feliz por ello, por primera vez despues del fallecimiento de nuestros padres viviamos comodamente en un lugar que no eran habitaciones horribles y pequeñas manejadas por un alcalde vicioso por el dinero.

A Karmaland había llegado por la mañana, los chicos se supone que vendrian a casa por la tarde a traerme a Zeus. Me había dado flojera subir hasta mi habitación así que preferí quedarme tumbado en el sofá mirando el techo como si fuera lo más interesante del mundo, estaba agotado, los entrenamientos en esta etapa fueron más pesados que nunca.

Pero me aliviaba que ya no tendría que pisar de nuevo ese lugar hasta el otro mes, Vegetta fue realmente estricto con todos sin importar quien fuera, los descansos fueron los mejor de esas infernales semanas, la cama de las habitaciones eran comodas y dormía tan bien como un bebé que al otro día en la arena estaba como nuevo para destrozar todas mis energías.

De sólo recordar todo eso ya me cansaba, bostece estirandome en el sofá y suspiré cuándo escuche la puerta ser tocada. Los chicos no eran porque ellos ya tenían la clave, me levanté y fuí a abrir para ver quién era.

-¡Willy, hay que festejar!-Fargan se me abalanzó para abrazarme, extrañado lo rodee con mis brazos-¿Festejar qué?-Pregunté separandome de él con la ceja levantada-Por tu egreso de la academia-Dijo con obviedad-Todavía falta meses para eso-Me reí confundido y él negó-Tecnicamente ya lo terminaste, las misiones son para tocarles un poco los cojones antes de que se vayan de la academia-Sonrio sacando tres minas para mostrarmelas, me alejé de él asustado.

-Un poco de diversión no hace mal a nadie-Suspire cubriéndo mi boca con mi mano mirando con duda a las minas-¿Qué harás con ellas?-Pregunté levantando la mirada para mirarle a los ojos.

-¿Quién es la persona más pesada del mundo con la que te topaste esta últimas semanas?-Divago con diversión esperando a que conteste, frunciendo el entrecejo me puse a pensar pero no se me ocurrió nada así que me encogí de hombros.

Nueva vida | WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora