47 - Extra

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[...Vegetta...]

-Pa, tengo hambre-Gritó Zeus, por los sonido deduje que estaba corriendo en las escaleras-Estamos en eso-Respondí en voz alta riéndome en lo que me acercaba a abrazar a Willy por la espalda y dejaba un beso en su mejilla comenzando a repartirlo también por su cuello.

-Chiqui, cásate conmigo-Susurré mirándolo cortar las verduras-Nop-Respondió como siempre que le hablaba de ese tema-¿Por qué no? A mi me gustaría compartir un hermoso anillo contigo, y que Zeus también llevará mi apellido-Escuché los pasos de Zeus cerca y después cómo abría el refrigerador de nuestro lado izquierdo-¿Lo mismo de siempre?-Preguntó él riendose y yo me separé del cuello de Willy para mirar a Zeus.

-Tu papi no me quiere-Le dije con un puchero y él sonrió sacando una botella de jugo, caminó hasta estar a nuestro lado derecho para colocar la botella sobre la encimera-¿Por qué no te quieres casar con papá si lo amás?-Preguntó Zeus levantando la mirada para ver a Willy mientras se estiraba haciendo puntitas con sus pies para alcanzar un vaso.

-Su relación anterior fue en decadencia después de que se caso-Resopló sin desviar la vista de la verduras, vi que un rubor comenzaba a cubrir sus mejillas y sonreí abrazando con un poco más de intensidad su cintura-Son unos tontos-Zeus se rió y se retiró de la cocina con su vaso.

-Ven aquí, enano. Pon esto de nuevo en su lugar-Hable alto y al segundo lo escuché bufar a lo lejos, él volvió para guardar la botella de jugo.

Yo estoy muy feliz al lado de ellos, no podía creer que Zeus ya tenia ocho años, y si, en su cumpleaños número siete yo estaba más contento que él alardeando que mi hijo cumplía siete años el siete del siete. Él seguía siendo un niño tierno, por más que creció sus mejillas seguian siendo regordetas y se mantenía como si tuviera seis añitos, con el vocabulario que lleva, creo que lo hacía un niño más llamativo, más de un halago recibió frente a nosotros.

La verdad que nos costó mucho trabajo que él logrará hablar, para ser específicos fueron seis meses Karmalienses, sin embargo ese tiempo lo pasamos en la academia para así tener el cuádruple de tiempo disponible para enseñarle a hablar.

A los cinco años recién comenzó a hablar como lo haría un niño normal de tres años, actualmente va a la academia infantil de Karmaland. Recuerdo que el primer día de clase gruñó a más de un compañero, poco más y lo suspendian el primer día. Le habíamos prohibido teletransportarse en público por precaución, y en casa solo lo hacía cuando estaba muy perezoso o quería molestar a Willy.

A veces cuando estaba melancólico nos pedía que le contáramos cosas de cuando él era pequeño porque a ratos se olvida cosas así de como lo encontramos o otros recuerdos de cuando recién él estaba entrando en nuestra vida.

Realmente amo a ese niño como si fuera mi hijo de sangre, los demás en el poblado pensaban que él si lo era por lo similar del color de nuestros ojos y el tono de nuestro cabello, aunque él lo tenía un poco más oscuro que mi cabello, era un como un mini yo.

-Amor, suelta eso-Deshice el agarre de la cintura de Willy y acerqué mis manos a las suyas para que dejará de lado el cuchillo y las verduras, puse mis manos sobre su cadera e hice que diera la vuelta-¿Sabías que te amo mucho?-Picotee sus labios con una pequeña sonrisa, cuando me pareció suficiente y lo vi asentir me detuve para mantener nuestros rostros juntos.

-Si contará las semanas que pasamos en la academia desdé que tú te hiciste voluntario hasta el día de hoy, hace más de seis años nos conocemos ¿Si no nos casamos, al menos me dejarás comprarte un anillo para que la compartamos?-Aún nuestras pulseras destacaban en nuestras muñecas, y seguían teniendo mucho significado para nosotros, pero por muy absurdo que fuera, necesitaba que un pequeño trozo de oro o cualquier mineral adornara nuestros dedos para representar nuestra unión.

Nueva vida | WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora