Nueva vida | Wigetta

29

[...Willy...]

Al llegar a Karmaland volví a casa. Con Vegetta no habíamos hablado luego de haber salido de la enfermería. Yo volví a mi habitación y él se fue a otra de las puerta que había entre las estatuas de la entrada a la academia ya que tenia cosas de las que ocuparse, así que el resto del día ahí, la interacción fue casi nula.

Ahora que era de noche y suponía que él estaba libre de responsabilidades, estaba de camino a su casa con el niño en mis brazos porque sabía que tenia que cumplir con lo que me dijo Auron y tratar de aclarar las cosas. Entiendo que Vegetta también quería saber si todo estaba, si no, no me hubiera dicho nada.

El enano podía haberme ahorrado camino, pero creo que ahora mismo le divertía más jugar con mi collar que arrastrarme de nuevo a la casa de Vegetta.

Entre charlas incomprensibles con el niño llegamos a la gran isla flotante de Vegetta.

-Acompáñame, cosa bonita-Dijo dejándome pasar su gran puerta de piedra que se habría únicamente con su rostro.

-Gracias-Sonreí con un leve rubor-Por abrir la puerta-Aclare un tanto incómodo-Pero también por el halago-Agregue nervioso cuando el giro su rostro hacía mi, estaba unos metros delante de mi, así que riendo se quedo esperando a que yo llegue a su lado.

-Quiero que veas algo-Al reducir la distancia que nos separaba antes, apoyo su mano en mi espalda para así caminar juntos hasta la puerta de su casa, supongo que para darme seguridad porque yo daba pasos lentos yendo detrás de él.

-Por cierto, me olvide la mascara en tu casa. No es necesario que me lo devuelvas, solo lo comentaba-Yo asentí, aunque pensaba devolvérselo luego, solamente que ahora mismo no la traje.

-No creo seguir ocupandola, me tomaré un largo descanso con este personaje-Me informó comenzando a subir las escaleras antes que yo-Te lo daré igualmente, para que lo conserves-Él asintió mientras se detenía frente a la puerta que cuando estuve aquí me dio mucha curiosidad aobre que habría detras de ella.

Él la abrió con ayuda del panel de reconocimiento facial y me dejo entrar primero. No había más que cofres, hornos y librerias y una mesa de encantamiento. Me gustaba el gran ventanal que estaba al final de la habitación y daba vista a su patio y a la entrada de su casa.

-Ven-Estaba curioseando el lugar con la vista cuándo él me agarró de la cadera y me pego a su cuerpo. Yo no me había movido mucho de la puerta y él estaba detrás de la puerta, pegado a la esquina de la habitación, por lo cual le fue fácil acercarme a él y ahora los dos ahora estemos pegados a la esquina.

No me dio ni tiempo para parpadear cuando ya estabamos en otro lado.

-Esta es mi guarida-Suspiró y me invitó a pasar. Una sala pequeña nos recibia, tenia un cuadro grande de él cubriendose de la nariz hacia abajo con otro tipo de mascara y detras de él había un cielo estrellado, a los laterales habia librerías, él se adelanto y comenzó a bajar por una escaleras que se encontraban casi escondidas a la izquierda y que pasaba por debajo de esa librería.

A medida que bajabamos sentía al niño inquieto y se removía para mirar por todos lados mientras respiraba ruidosamente intentando descifrar algo en el aire.

Cuando terminamos de bajar las escaleras, frente a nosotros habian tres paredes, la del medio tenia en el centro cofres y  estaba rodeada de vitrinas que estaban alineadas en sus laterares de forma simétrica, dentro de ellas habían vestimentas de distintos materiales, estilos y colores que en mi vida había visto una colección similar.

Luego Vegetta se dió la vuelta por lo que yo hice lo mismo, detrás nuestra y de las escaleras el lugar seguía, con cada pasillo a su lateral que se unían en el mismo espacio del otro lado.