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[...Willy...]

En la mañana estaba tan exhausto que al acercar mi cara a la almohada no tarde ni un minuto en perder la conciencia, si no vi mal en el reloj antes de tirarme a la cama, habiamos llegado a las cinco de la madrugada a casa.

Al despegar lentamente mis ojos, capte de que estaba abrazado a Vegetta, las piernas las teniamos entrelazadas, su mano se posaba en mi cintura, la mía en su pecho y escondía mi rostro cerca de su cuello, supongo que su mejilla era lo que apoyaba sobre mi cabeza. En algún momento seguramente se me salio la boina.

Al rato volví a cerrar los ojos porque no me terminaba de recuperar del sueño, pero los volví a abrir porque me incomodaba tenerlos cerrados cuándo podía quedarme a verle.

Estaba hecho un estúpido, sonriendo solo por ver como su hombro descubierto estaba colorado por mi culpa. Me alejé un poco de su cuello para poder estar a la misma altura que él y poder mirarle, su cabello estaba desordenado y pegado a su frente por el sudor.

Pase mi mano por su frente para llevar esos mechones mojados hacía atrás, el recorrido siguió hasta que coloque mi mano detrás de su oreja. Me quedé observando su rostro en silencio, pudiendo ver así cada pequeño poro de su piel. No han pasado ni dos minutos desde que estoy despierto y ya siento a mi corazón queriendose salir de mi pecho, siempre me sorprendería lo rápido que podía latir a veces.

-Hola, Willy-Susurró sonriendo-Hola-Salude acariciando su mejilla-¿Por qué tan meloso?-Se burló abriendo con lentitud los ojos-Tengo que purificarme después de lo que hice-Avergonzado agache un poco la cabeza y él río con las pocas energías que llevaba encima.

-¿Limpias tu conciencia con mimos?-Riendo yo asentí y él comenzó a acariciar mi cabello con la mano que antes estaba sobre mi cintura-¿Quieres besitos?-Preguntó divertido acercandose a mi y empujandome con su propio cuerpo, por lo que termine tumbado boca arriba.

Puso una de sus rodillas entre mis piernas y se sostuvo colocando sus manos a cada lado de mi cabeza-Besitos para Willy a domicilio-Sonriendo se acerco a mi comenzando a repartir besos desde mi frente hasta mi barbilla bajando por el lateral derecho.

-No seas idiota-Dije riendo en voz baja, puse mis manos sobre su pecho para empujarle y que quedara acostado a mi lado antes de que vuelva a hacer su recorrido de besos por la otra mitad de mi cara.

-Acepto rembolsos-Señaló a sus labios con una sonrisa-Bien por ti-Hundí parte de mi cara en la almohada y él apretó mis mejillas moviendola de un lado a otro por lo que me queje intentado hacer que me suelte, al final solo me solto por su cuenta-Dame de comer-Con su dedo índice picoteo mi abdomen varias veces.

-Levanta el culo entonces-Detuve su mano y me sente estirandome, él se colocó mi boina y se levantó para irse frente al espejo, se observo y rio brevemente-Soy Willy guapo-Se acomodó la boina con una sonrisa y yo me levanté de la cama suspirando.

-¿Me estas diciendo feo?-Pregunté reacomodandome la chaqueta, él dejo de reir y negó nervioso girando sobre sus talones para verme.

-No, tú eres, tienes tu encanto-Respondio entreverandose con sus propias palabras casi llegando a tartamudear-¿Vas a bajar, guapo?-Dije con ironía y antes de desaparecer por las escaleras vi que él estaba confundido.

-¿Me lo tomo como un halago o un insulto? No lo dije con mala intención-Bajó rápidamente la escaleras detrás de mi pero no lo pude contestar ya que estabamos en la sala.

-Buenos días, chicos. Él es Vegetta, ya lo conocen, es él chico de la mascara de lobo negro-Dije señalando mi cara formando un círculo como si eso representara la forma de una mascara-Buenas tardes-Me corrigió divertido Charlie sacudiendo la mano como saludo.

Nueva vida | WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora