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[...Willy...]

-¿Estas bien?-No terminaba de despertarme del todo cuando Vegetta paso su mano por mi mejilla, entre sueños antes había sentido que él estaba jugando con mi cabello.

-Creo que si-Respondí hundiendo más mi rostro en su pecho desnudo. Estaba un poco avergonzado, aunque ahora tengo más confianza en él y nuestra relación. Resulta que en la noche del día de ayer lo habíamos hecho de nuevo, dos veces, se suponía que yo ya estaba a nada de dormirme pero igualmente terminó convenciendome por más que anteriormente le había dicho que ya sentía pequeñas punzadas que eran incomodas.

Supongo que no todo podía salir bien, como consecuencia de aquello me sentía un poco cansado y adolorido por más que él no fue brusco conmigo, o a lo mejor si lo fue y no me di cuenta por estar cegado por el placer, pero eso no es al caso.

Me sentía otra persona al recordar mi comportamiento de ayer, en mi imaginación quedé como un adicto al sexo, no puedo creer que hasta habia gritado en la noche para pedirle que aumente sus movimientos, estoy un poco descolocado por todo.

¿Debería de estar tan contento por haber tenido relaciones con él? Porque ahora mismo hay una tonta sonrisa sin sentido alguno sobre mi rostro al recordar lo sucedido, y eso me estaba preocupando.

Cruce una de mis piernas entre las suyas y le abracé con fuerza sintiendo cómo él acariciaba mi cuero cabelludo-Samuel-El solto una risita correspondiendo mi abrazo al recostar su cabeza sobre la mía-Dime Willy-Preguntó divertido-Me gusta tu nombre-Susurre reacomodando mi cabeza en su pecho.

-Ya me lo has dicho como veinte veces-Dijo riendo, yo sonreí rodando los ojos-Me hubieras dicho antes tu nombre-Inconcientemente después de eso comence a acariciar su torso-Se me paso de largo, pero me gusta que me digas por mi nombre, por más que se me haga un poquito raro-Se rio siguiendo con sus caricias en mi cabeza.

-¿Qué es chiqui?-Pregunté recordando que ayer más de una vez dijo eso y yo no terminaba de entender a que se refería con ello-Mote cariñoso ¿O prefieres que te llame bebé, cariño, amor?-Dijo riéndose en voz baja.

-No, no, así esta bien-Respondí nervioso sintiendo como el calor se acumulaba en mis mejillas.

Un pequeño flash me hizo recordar su puerta detruida así que me separé de él para mirarlo-Emm, Vegetta-Él levantó una ceja con una sonrisa dirigiéndome su mirada a mis mejillas-Dime-Se tiró sobre mí y le dió un leve mordisco a unas de mis mejillas.

-¿Has pasado antes por tu casa?-Pregunté tartamudeando mientras él comenzaba a repartir besos por mi cara-No, ¿Por qué?-Yo agarré su rostro entre mis manos para que se detenga, me estaba distrayendo.

-Tu puerta explotó y posiblemente haya minas en tu puente-No era mi intención delatar mi propia travesura pero no quería que lo agarré por sorpresa lo de su puerta, en cierta parte me sentía aliviado de haberle dicho.

-Mierda-Susurró escondiendose en el hueco que había entre mi hombro y mi cuello-Ya se estaban tardando-Enrede mis dedos en su cabello ya que habló con un tono muy diferente al humor que tenía segundos antes-¿Quieres que te ayude?-Pregunté entretenido en jugar con su cabello.

-¿Puedes?-Se separó para verme y agarró mis mejillas entre sus manos-Si, pero antes hay que buscar al niño en lo de Luzu-Sonrió y dejó un corto beso en mis labios-Te amo-Dijo con una pequeña sonrisa. Todavía no entiendo porque me era más fácil decir aquellas palabras por mi cuenta sin avergonzarme, que acostumbrarme a escucharlo a él diciendo eso.

-Venga, arriba que tengo hambre-Sonriendo puse mis manos en su cintura y traté de quitarlo de encima mío para tumbarlo al lado, él colaboró con ello pero también me llevó consigo con ayuda de sus manos que apretaban mi cadera.

Nueva vida | WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora