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[...Willy...]

Por más que hace menos de diez minutos me había despertado, todavía me encontraba bostezando como nunca. Levanté un poco la cabeza por curiosidad y de reojo pude ver que L no estaba a mi lado, y dudaba que estuviera abajo a esta hora, por lo que no me moleste en pensar en donde se había ido, supongo que ya había vuelto a su casa.

Hundí mi rostro en la almohada con un suspiro, lo único que se me cruzó en la mente al hacer aquello, es que ahora las dos camas llevan su aroma. Que molesto es que toda su fragancia estuviera en mi habitación, pareciera como si se bañara en colonia antes de venir.

Me había sentado al borde de la cama mirando al suelo intentando recargar energías para comenzar con mi día, al poco segundo escondí la cara entre mis manos, sintiendo como mi corazón latía rápidamente.

Recordar el momento en que le había dicho que me gustaba hizo que me pusiera un poco nervioso, no podía creer que lo dije con tanta naturalidad y que tampoco haya tartamudeado al decirlo. Creo que fue así porque estaba más preocupado por decírselo, que por cualquier otra cosa, ni si quiera me había interesado en pensar que posiblemente pasaría vergüenza diciéndole lo que siento.

Lo había dicho casi sin pensarlo dos veces porque no quería quedarme con eso guardado. Creo que la hubiera pasado peor si no se lo decía, porque demasiado me consume mentalmente, no me agradaba estar todo el día pensando que era un secreto que lo quería, es cómo que me ponía incómodo estar a su lado sabiendo que siento algo por él y que solo yo sabia sobre ello.

Ahora que él ya lo sabe, sentía un peso menos y seguía manteniendo mis dudas al respecto.

Pero era muy temprano para enredarme en estos temas, por lo que intentando despejar mi mente de cualquier pensamiento que lo incluya a él, me levanté agarrando el recipiente que se encontraba sobre mi mesa de crafteo.

Salí a la terraza y me senté en el sofá, aunque que estaba a un lado de la ventana y crucé mis pies sobre la pequeña mesa, el sol comenzaba a ponerse cada vez más arriba, por suerte tenía sombra gracias al techo hecho principalmente de enredaderas.

Mirando hacia arriba me llevé una de las fresas a la boca, como desayuno supongo que será lo único que comeré.

Fue así el como me comí gran parte del contenido del recipiente mientras intercambiaba de vez en cuando mi mirada de las enredaderas hacia el horizonte, hasta que un ruido en las escaleras me distrajo, mire hacia la puerta que había dejado abierta y de ella salió Charlie.

-Buenos días- Se acercó y masajeo levemente mis hombros-Buen Día-Respondí cuando se sentó a mi lado, cruzo sus pies sobre la mesa y también sus brazos sobre su pecho.

-¿Tu amigo ya se ha ido?- Le mire de reojo, él veía entretenido el paisaje-Si-Murmure agarrando uvas-¿Ustedes están saliendo o algo?- Su mirada hacía mi, estuve a nada de atragantarme y escupir lo que tenía en la boca.

-Claro que no- Respondí frunciendo el ceño, sentía como mis mejillas comenzaban a estar calientes-Puedes decírmelo sin problemas, no te diré nada malo-Yo negué intentando seguir comiendo sin prestarle atención, pero él se quedo mirándome expectante por lo que era complicado ignorarlo.

-¿Quién le gusto a quien primero?¿Piensan salir algún día? Si se casan quiero ser el padrino-Yo volteé lo ojos y no le preste atención-Willy-Cantureo picando mi brazo-Les había dicho que ustedes no pueden llamarme así-Dije frunciendo el ceño.

-Es solo un apodo ¿Por qué tanta importancia?-Dijo con duda-No voy a dejar que me llamen Willy hasta que ya no este enojados con ustedes-Contesté con un leve puchero-Que estúpido-Suspiró y colocó su codo sobre el respaldo del sofá para acomodarse mirando hacía mi dirección.

Nueva vida | WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora