☘️Capítulo treinta y cuatro☘️

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Después de segundos de silencio el llanto de un bebé se escucha por toda la habitación.

-Es una niña -dice la partera.

-¿Puedo verla? -susurra la madre.

La partera asiente y luego entrega la bebé a la madre quién con mucha alegría la observa, hasta que la partera la lleva a limpiarla completamente.

¿Nietos?

Gîlthiel recuerda aquellas palabras que su tía le dijo y sacude la cabeza, se pregunta dónde quedó su personalidad de guerrera pareciera que todo se desvaneció con un simple gesto de amor, termina de acomodar aquellas sábanas blancas sobre la cama.

-Esta listo -avisa ella a la partera.

-Gracias joven princesa -responde la partera, Gîlthiel se dedica a observar como la partera viste a la bebé- podría cargarla mientras ayudo a la joven a que se de un baño.

-Claro, pero solo si a la madre no le molesta -voltean hacia la mencionada quien aún esta recostada sobre la camilla en la que dio a luz y esta niega dando a entender que no le molesta.

Suavemente cargo a la bebé y salió afuera a pasearla, escuchaba como la pequeña nena hacia pequeños sonidos.

¿Por qué estaba en casa ajena ayudando a la partera?.

Pues Legolas había salido con la guardia y el Rey a las montañas de Dol Guldur, debían acabar con las últimas arañas que huyeron del bosque hacia allá, ella no los acompañó si estaba preocupada por ellos pero se quedó pues el día anterior le dijo a la partera que la ayudaría con lo que surgiera.

Más no se imaginó que la ayudaría a ordenar las cosas mientras atendería un parto, observo a la niña con orejitas puntiagudas mientras dormía, se sentó con ella en brazos y espero hasta que la partera salió a decir que ya podía llevar a la bebé con la madre.

-Puede volver al castillo princesa, ya ha hecho suficiente al ayudarme hoy -dice la partera una vez la elfa sale del hogar-Gracias.

-A sido un honor, con permiso -se da la vuelta y empieza a caminar por el bosque.

...

Dentro de su cuarto se estira para hacer que su cuello hiciera un sonido, nunca había tenido tantas cosas que hacer en un día, por la mañana tuvo que encargarse de repartir las labores en el castillo debido a la ausencia del rey y por la tarde había estado ayudando a la partera en los chequeos que está fue hacer y la última acción que realizó minutos atrás.

Se dejó caer boca abajo en la cama, no podía dormir aún pues seguía preocupada por qué aún no habían regresado y estaban solo a unas horas antes del anochecer.

Se puso de pie y se dio un baño luego se arregló y seco su cabello, se sentó en la cama y se dispuso a jugar con sus flechas, tomó una entre sus dedos y la lanzó hasta clavarla en el costado del estante junto a la puerta, cuando se aburrió de eso se puso de pie y se fue al portón a esperar, se sentó en el puente y observo hacia el bosque unos minutos después volvió adentro y fue a sentarse en el trono del rey Thraundil.

-Princesa, debe comer algo -llegó una joven a ofrecerle la cena, un plato lleno de diferentes frutas.

-Es muy amable de tu parte pero, no tengo apetito gracias -se puso de pie, tenía un dolor en el pecho- avísame cuando ellos regresen porfavor.

Pidió y con la mirada en el piso camino hasta su cuarto y se dejó caer junto a su cama.

¿Así se había sentido Legolas cuando creyó que ella había muerto, o peor?, escondió su rostro entre la sábana de la cama.

Minutos después sintió la presencia de alguien cerca de ella, levantó la vista y el le sonrió.

-He vuelto, Naêni -se acercó a ella y dejó un beso en su mejilla segundos después llevo su mano hasta el mentón de ella y empezó acercarse lentamente.

Se escuchan dos toques en la puerta.

-Principe Legolas hoja verde, ya la saludaste, ahora sal y date un baño hijo -habla el rey del otro lado de la puerta- traes asquerosos residuos de esas arañas.

Legolas se pone de pie y camina hacia la puerta ella lo observa.

-Padre porfavor acabas de interrumpir algo importante -el rey dirige su mirada con una ceja arqueada hacia la joven, un loco pensamiento cruza por su mente y ella al ver la expresión de el se levanta rápido del piso.

-Solo estábamos por darnos un beso -se apresura a excusarse ella, escondiéndose detras de Legolas para que el rey no vea lo ruborizada que está.

-Como si fuese el primero -dice el rey con sarcasmo, los jóvenes no dicen nada por lo que el rey voltea a mirarlos y ambos están sonrojados, entonces deduce que si lo es- bueno guardenlo para algún momento especial.

-Para nuestra boda -susurra Gîlthiel al oído de Legolas.

-Es verdad aún no le decimos a el sobre eso -susurra el.

-Pues lo aremos antes de ir a dormir -responde ella en susurro.

-Basta de canturrear en voz baja, tu señorita, ¿es verdad que no quisiste cenar? -se apresura el rey a cambiar de tema, Legolas se coloca junto a su padre y la observa con la misma expresión que el.

-Esta bien, los espero para cenar -dice ella y camina hacia las escaleras.

Legolas suspira viéndola desaparecer.

-Ve a darte un baño hijo, yo haré lo mismo y luego cenaremos con ella -Legolas asiente y se adentra a su habitación.

...

Habían terminado de cenar y ellos se encontraban por decirle al rey aquello por lo que ella fue ahí con Legolas.

-Padre -inicio Legolas- Gîlthiel y yo tenemos algo que decirte..

-¿Seré abuelo? -pregunta con entusiasmo pero luego vuelve a su seriedad- No, no puedo ser abuelo ya que ni siquiera un inocente beso se han dado.

-Padre, Gîlthiel y yo estamos comprometidos -dice Legolas y el rey sonríe de lado pensando que su deceo de ser abuelo no tardará mucho para cumplirse, ¿O si?.

✧*。

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