☘Capítulo cuarenta y cuatro☘

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-Por favor.

-No voy a dejarte aquí, así.

-Si no te vas no podré contenerme -sus hermosos ojos azules brillaban intensamente.

-Es que no quiero que lo hagas -respondió ella- Perdóname se que te prometí que hoy estaría contigo ya que volvió tu padre, lo haré, te necesito, necesito a mi esposo.

Legolas la observó, observó como su dama empezaba a despojarse suavemente de su vestido, entonces se acercó a ella para detenerla.

-No quiero que te sientas presionada, se que te lo he pedido una y otra vez pero si no quieres, no lo hagas -ella sonrió ante las palabras de su esposo.

Se paró en puntitas para alcanzar a besar la mejilla de su esposo, sus dedos se deslizaron en las ropas de su esposo para luego abrir paso entre ellas.

Esa tarde volvieron a perderse en el éxtasis de sentirse tan íntimamente unidos.

...

El tintineo de las aves resonaba en todo el bosque, más las sombras de oscuridad estaban cerca, esa mañana una persona fue llevada ante el rey pues finalmente habia llegado a su destino.

-Solía no tener compasión con los intrusos en mi reyno, pero son tiempos distintos, asi que déjame escuchar las razones por las cuales estas aquí -exclamó el rey con elegancia.

-Majestad mi nombre es Saig, vengó del mar, desperté en un barco y con una nota en mis manos se me ha encomendado una misión, debo proteger al principe de Enenmon, pero camino acá una tormenta me desvió y termine en una isla, encontré un nido de dragones y un pequeño ejercito ejerciendo dominio sobre ellos, logre escapar ocultandome entre los jinetes y he llegado hasta acá a cumplir con lo que se me ha encomendado.

-¿Que misión? -preguntó más la respuesta le tomó por sorpresa.

....

-¿Donde esta mi esposa? -preguntó Legolas a la abuela de esta.

-Estaba por preguntarte lo mismo -contestó la señora- te dijo talvez algún indicio de donde podria ir.

-Dijo que la buscaría a usted, que necesitaba preguntarle algo -contestó.

Ahora la duda les invadía, Legolas se despidió de la señora dirigiéndose a la biblioteca, avanzaba con pasos rápidos, azotó las puertas y le llamó a fuerte voz.

Pero nadie respondió, busco en todo el lugar incluso en el patio de los caballos pero Brego estaba ahi, el rey habia dado aviso a un pequeño grupo para que la buscaran.

-No pienso quedarme aquí de brazos cruzados, la primera vez que desapareció no volvió muy bien que digamos -respondió.

-Entonces ve hijo, estaré listo por cualquier cosa -exclamó su padre.

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