Las espadas chocaban creando aquel horrible sonido al deslizarse entre sí.
-Faephorun aneg, phidril soemdare -exclamó la chica pelinaranja y tiro de las riendas de su dragón el cual abrió las alas y corrió antes de aletear y elevarse.
Iâni golpeo una ultima vez al orco y se volteó para mirar a Saig quien también se defendia de un par de orcos. Miró al pequeño Aldaron yendose en brazos de aquella mujer y entonces saltó, sobre una roca, una rama y otra, finalmente logro impulsarse sobre la mujer y tirarla de su dragón.
El pequeño de orejas puntiagudas voló por los aire, pero Iâni estaba ocupada defendiendose de la elfa como para poder atraparlo.
Entonces se escuchó un alboroto entre los arboles y de ahí saltó un elfo, uno de cabello rubio casi blanco y sobre el una preciosa tiara. Atrapó al pequeño y aterrizó elegante en una rama.
-gonenra tukdam epill -exclamó y acarició al pequeño.
-Thraundil -dijo la pelinaranja, antes que dijese otra palabra una espada la atravesó.
Iâni la clavó, Tauriel jadeo cuando la espada salió, sus piernas temblaron y sus manos subieron hacia su herida.
Resbaló del árbol y antes de tocar suelo unos brazos la atraparon. Gîlthiel se movió y abrió los ojos al momento en que inhaló con fuerza.
Su mente viajo a muchos recuerdos con su esposo. Su esposo.
Rápidamente se giró para buscarlo, su corazón latía a velocidad anormal tenía miedo de encontrarse con la realidad. Pero lo que encontró no sabia como llamarlo.
Legolas tenia en sus brazos a Tauriel. Al instante se volteó y sus miradas se encontraron, algo se rompió.
Thraundil bajó del árbol y acercó el pequeño con su madre. Gîlthiel gustosa lo abrazó y besó, rápidamente encaminó sus pasos de regreso a su hogar seguida de el hermoso rey Thraundil.
Saig e Iani tomaron rumbo hacia el este pero no se fueron exactamente, Legolas por otro lado sonrió a la chica en sus brazos, tan bonita como la recordaba pero nada comparada con la belleza de su princesa.
La bajó y la dejó en la hierba, pasó su dedo en su mejilla.
-Jamás perdonare tu ofensa, lastimaste a mi esposa, intentaste robarte a mi hijo, me atacaste, atacaste a mi pueblo -Legolas tomó una daga y la alzó al aire- no tienes perdón.
-Mi amor -exclamó.
Legolas soltó su daga y se incorporó, la elfa lo hizo también y bajo la mirada hacía su herida, caminó un par de pasos pero entonces sintió aquel dolor. Una flecha de pluma amarilla perteneciente al principe la atravesaba en su pecho al lado derecho.
Entonces calló.
|°...
-¿Que fue aquello? -preguntó Gîlthiel mientras caminaba al lado de su suegro.
-No lo sé, pero no fue agradable -Gîlthiel sonrió incomoda pues era verdad- respeto lo que quieras hacer adorada mia -besó la frente de su nieto y luego miro a su nuera.
Sin nada más por decir continuaron su camino y al llegar a la habitación de los pequeños lo que vieron fue muy tierno.
Aixa limpiaba con un trapito la cara sucia de su tia Genîn.
Aldaron bajó de los brazos de su madre y corrió a abrazar a su hermana depositando rápidamente un beso en su mejilla.
-Aldaron estas mojado -se quejó Aixa, el pequeño sonrió y rápidamente la soltó, la pequeña paso las manos en su brazo y luego miró su vestido- mira, mojaste y ensuciaste mi vestido, ahora tendré que cambiarme -se cruzo de brazos e hizo un tierno mojin con sus labios.
-Pero ¿por que quieres cambiarte? si esta solamente mojado y sucio aquí -el pequeño señalo una marca pequeña de lodo en la falda del vestido.
-Una princesa no debe tener malas fachas, ¿Que pensará el pueblo de su princesa?.
El rey Thraundil sonrió con altaneria y tanto Genîn como Gîlthiel no pudieron evitar reir suavemente.
-Lamento tanto lo que sucedió -exclamó Genîn con la mirada llena de culpa- estaban bajo mi cuidado y ahora parece que soy yo quien estoy bajo su cuidado.
-Sin problemas, deja ir esa culpa por que no te pertenece -contestó la princesa.
-Debimos encargar a alguien para hacerte compañía -prosiguió el rey.
-¡Majestad!.
Princesa y rey volteraron hacia el pasillo donde se aproximaba un Orión muy agitado.
-Se terminó -dijo una vez se detuvo junto a ambos- se han desvanecido cual polvo al viento -Gîlthiel estaba por decir algo pero este prosiguió- además de ello, el concilio a vuelto.
Gîlthiel palideció y su mano formó un puño el cual llevó a su acelerado corazón.
Legolas la miraba desde la esquina del pasillo, no la veia afectada por lo sucedido antes aunque si lo estaba, era ignorante a muchas cosas que la princesa pensaba. Cuando la vio quedarse sin aire quiso correr hacia ella pero se detuvo al verla recomponer su postura.
-¿Donde están? -preguntó pero Orión miro al rey en un debate interno- ¿Donde los habeis dejado? -volvió a preguntar pero reaccionó ya que tenia entre sus manos los hombros del elfo y se encontraba zarandeandolo- perdón -alejó sus manos y corrió alejandose en dirección a donde se encontraba el príncipe.
Legolas sonrió y alejo su cuerpo del muro, esperaba que ella saltara a sus brazos y le dijese que le alegraba tenerlo con bien. Pero en su lugar ella pasó de lado y prosiguio su camino, el le siguió con la mirada viendola alejarse seguida de Orión.
-Uxîwal -escuchó la voz de su padre- eourgean baogar acui fagnen Tauriel preij weila -Legolas bajó la mirada y suspiró.
-Utfen odqun orphik Tauriel -respondió y su padre lo miró confundido- cuando mi flecha cruzó su pecho ella se desvaneció cual polvo al aire.
-Igual que nuestros invasores -respondió el rey- algo muy extraño sucede y creeme que ahora mas que nunca no conviene que esten distanciados, tu alma y tu.
Legolas asintió.
-Aconsejame Âdar, yo la amo -respondió.
-Tu acción la rompió, pensaste en alguien mas antes que en ella y su bienestar -colocó su mano en el hombro de su hijo- ella al despertar lo primero que hizo fue buscarte y no debio ser dulce verte con otra en brazos sin haberte preocupado siquiera por ir a ver a tu hijo o por ver si ella estaba bien.
Legolas apretó los dientes y sus labios temblaron, ahora sentía un dolor y un nudo en la garganta. Si, había ido a por Tauriel pero lo habia hecho por impulso, no habia sido sencillo verla asi luego de varios años. Quizá su princesa ahora estaria dudando de el amor de el.
-Debo hablar con ella, juro que jamás fue mi intención lastimarla -miró a su padre, este sintió un profundo dolor, los ojos de su hijo estaban cristalizados, era la segunda vez que lo veía llorar y por amor, y por la misma elfa.
-No dejes que tu alma se aleje, demuestra tu amor y no vuelvas a caer en tentación o algún dia ella se cansará -exclamó el rey- limpia tus lágrimas y vamos, ella se reunirá con sus tíos.
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¿Algo que quieran decirme?.
¿No?.
¿Algún reclamo?.
¿Petición?.
¿Sugerencia?.
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ELVES
FanfictionBasada en la trilogía de El Hobbit y El señor de los anillos : ELVES -En Edición -