Capítulo cuarenta y nueve

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-------------------Sueltame, Legolas sueltame -Legolas frunció el ceño y se alejó atónito y triste

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-Sueltame, Legolas sueltame -Legolas frunció el ceño y se alejó atónito y triste.

Mientras Legolas la perseguía por el bosque para evitar que ella fuese hacia su destino las montañas de Dol Guldur, una feroz lluvia les habia alcanzado al mismo instante en que Legolas alcanzó a Gîlthiel.

La cargó y la llevo con el hasta una cueva donde podrian refugiarse, pero esta estaba en una incomoda situación.

- ¿Naêni? -volvió a acercarse a ella y la abrazó por la espalda cruzando sus brazos sobre los pechos de ella.

-Porfavor Legolas, sueltame -exclamó suavemente.

Legolas se negaba a creerlo, no, no lo creería, no creería que se molestó por la escena de celos que le armo o por hacerle creer que no la acompañaria.

-¿Que hice mal Naêni? -preguntó antes de volverla a liberar.

Gîlthiel sintió su corazón destrozarse al escuchar el tono tan derrotado de Legolas, entonces se volteó rápidamente y alzo el mentón de su esposo para mirarle a los ojos.

-Irnîn me no has hecho nada malo -ella beso sus labios y seguido de ello sonrió- Aldaron y Aixa me han hecho crecer los -miró sus pechos rápidamente.

-¿Te duelen? -preguntó el suavemente y ella asintió.

Legolas calló en cuenta de que cuando la abrazó por la espalda repetidamente le habia precionado esa zona.

-¿Volvemos ya?, asi alimentas a los mellizos y te dejaran de doler -exclamó mientras veia hacia afuera comprobando que la lluvia aún seguia.

-No es por que tengan ambre, según mi abuela es por que es primera vez que alimento boquitas con ellos -respondió Gîlthiel y Legolas la miró atento.

-¿Por que justo quieres ir a Dol Guldur? -preguntó Legolas y se acercó para tomar su mano.

-Me esta llamando -respondió- mientras estaba en labor de parto de Aldaron una imagen flasheo en mi mente.

-¿Tienes miedo? -preguntó el y ella solo bajo la mirada- ¿por que no me lo dijiste desde antes?.

-Por que te amo, por que se que nos amas y harías lo que fuese por nosotros, serías capaz de ir solo y temo que algo malo te suceda -exclamó, Legolas se acercó y la abrazó.

|°...

-Por ahí -señalo la siguiente desviación por entre las rocas.

Legolas no soltaba su mano en ningún momento mientras caminaban.

Y después de un largo camino finalmente Gîlthiel indico a Legolas la ultima desviación para finalmente encontrarte con una especie de agujero entre las rocas.

Por donde se realizaron con cautela y al salir al otro lado se encontraron con un agujero en el piso por donde despedia un olor asqueroso, como a carne descompuesta.

Y tras tomar valor para descender, lo hicieron.

-Este lugar -mencionó Gîlthiel- estamos cerca -y tras decir eso se adelantó a Legolas y continuó caminando.

Legolas la seguía de cerca, atento a lo que podrian encontrar o lo que pudiese sorprenderles, pero su sorpresa fue encontrar simplemente un escrito en la pared y unos garabatos, pero al mirar detenidamente se percataron del nombre que ahí yacia escrito.

-Aldaron -susurró Legolas y tras compartir mirada con su esposa corrieron por el lugar por el que habian llegado.

El corazón les latia a mil, sus pequeño estaba en peligro, sus pasos resonaban por sobre las ramas de los árboles hasta que otras voces agudas empezaron a escucharse tras ellos.

-¡Trasgos! -gritó Gîlthiel para que su esposo pudiese escucharla.

Este hizo su particular expresión dando a entender lo molesto y aburrido que se encontraba de aun seguir con esos enemigos en la tierra media.

-Los perderemos en el rio -respondió y sujeto su mano para que pudiese seguirle el paso.

Pero algo pasó, en un abrir y cerrar de ojos algo calló sobre ella llevandola al vacío y hacia el suelo.

Y tras encontrarse callendo esta se acomodó entré las lianas para poder caer de pie.

Legolas se encontraba sonriendo luego de ver a su esposa parada en el suelo y sin ningún rasguño, con una daga manchada con sangre en su mano y el cuerpo inerte del trasgo a su lado.

La imagen de su valiente esposa lo capturó, su cabello se movia al contraste de su cuerpo mientras se defendía y eliminaba fácilmente a sus oponentes, o como su bello cuerpo deslizaba haciendola parecer que bailaba.

Sonrió y rápidamente tomo una de sus dagas y la clavó en el traicionero trasgo que intentaba atacarle por la espalda.

Descendió para estar junto a su compañera y luchar lado a lado por sus hijos y por su familia.

La pequeña batalla se libró por unos largos minutos hasta que finalmente tenian uno solo, ya que el resto escapó acobardandose de aquella batalla.

Legolas tomó al ser de su coraza mientras amenazaba su cuello con una de sus dagas.

-¿Por que a mi hijo? -preguntó molesto.

-Lider -siseó el trasgo.

-¿Por que le necesitais? -preguntó Gîlthiel.

-Enenmon necesita un nuevo...

De pronto una flecha atravesó la cabeza de aquel ser el cual calló sin vida frente a Legolas.

Ambos elfos voltearon a ver atrás intentado ver de donde provino el disparó pero sólo se escuchó un ruido entre las ramas.

Legolas y Gîlthiel corrieron y saltaron hacia allí pero no habia nada.

-Volvamos -pidió Legolas.

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