Haldîr camina mientras lleva su brazo entrelazado con el de Gîlthiel cruzan las puertas de aquella fortaleza después de haber viajado por día y medio con el ejército caminando detrás de ellos, cada uno porta la capa de color azul negro con un hermoso casco de oro brillando sobre sus cabezas y llevando en sus manos sus respectivos arcos, con pasos suaves caminan hasta detenerse frente al rey Theóden, ambos elfos realizan una reverencia.
-Como es posible -dice el rey asombrado.
-Traigo nuevas de Lord Elrond de Rivendell, existió una alianza entre elfos y hombres en el pasado luchabamos y moríamos juntos -por las escaleras aparecen Legolas, Aragorn y Gimli- Venimos hacer honor a esa alianza- termina su conversación.
-Maêgovanên Haldîr -dice Aragorn, hace una reverencia y se acerca abrazar a Haldîr, el cual corresponde aún si separar su brazo de el de la joven- es más que bienvenido.
Legolas se acerca igual a saludar a Haldîr y en ese momento, todo el ejército voltea en esa dirección y hacen descansar sus armas sobre el piso, ocasiónando un fuerte sonido, Legolas solo se coloca detrás de Haldîr con una sonrisa.
-Es un orgullo volver a luchar junto a los hombres -dice Haldîr.
El rey Theóden agradeció a Haldîr, a Gîlthiel y a todos los presentes y luego se retiró para supervisar que su ejército estuviese preparado para tomar posiciones.
-Prin..-Dice Haldîr mientras caminan dentro de un salón aún sujetos del brazo, Gîlthiel le hace un gesto con la mano para que no lo diga- cuáles son sus planes.
-Aun no lo sé -responde.
-Sea cual sea su decisión, cuente conmigo para protegerla -dijo Haldîr, Gîlthiel asíntio y sonrió disimulando la tristeza que sentía- con permiso-hizo una reverencia y salió del salón, Gîlthiel recordó.
Hubo un tiempo en el que hubieron ataques hacia ella y Haldîr la había salvado de varias flechas, de las cuales jamás supieron quien las disparó.
No, ya no más ella lucharía por defenderse a sí misma a Haldîr y a todos los demás, ella lucharía también, ajusto su corsé y apretó las pequeñas cinchas de sus botas.
Con sus armas preparadas en sus respectivos lugares camino fuera de aquellos salones dentro de la fortaleza.
El frío aire golpeo su rostro suavemente, Haldîr la observo a la distancia y le sonrió, más esta no tenía conocimiento que Legolas la observaba a pocos pasos de ahí mientras terminaba de ajustarle la armadura a un joven adolecente.
-Mi joven dama, que hacéis aquí fuera -dice Gimli quien la observa desde lado izquierdo- está lloviendo a mares.
-Luchare a vuestro lado -contesta.
-Aun no estáis lista, necesita una armadura -dice el enano observando a la joven.
Antes que pudiera responder una voz interrumpe.
-Yo la llevaré a buscar una -Legolas tomó la muñeca de la joven para luego llevarla dentro.
Ella no protesto pero se sentía incomoda ya que Legolas la lleva a tirones hacia dentro, luego de un momento caminando empezo a sentir dolor en su muñeca debido a la fuerza que el elfo ejercía hasta que finalmente llegaron a la armería.
-Porfavor, suelta mi muñeca -pidio ella y se sorprendió pues su voz salió como si estuviese a punto de soltarse a llorar.
Legolas alarmado ante aquel chillido suplicante, freno rápidamente y lleno de confusión y asombró volteo hacia la joven ella tenía la mirada hacia su muñeca, el joven elfo libero la muñeca de la joven sin apartar la mirada de esta su corazón se estrujo al ver como ésta tomaba un rojo intenso, la joven rápidamente la escondio tras ella, con toda naturalidad y como si nada hubiese pasado nada, le sonrió a Legolas y camino hasta las corazas, solo se pondría eso al igual que Legolas.
Trató de bajar la única coraza pequeña que estaba sobre aquel estante, cuando detuvo sus intentos, sintió una mano en su hombro que la obligó a girar.
-Disculpame estrella, no quise lastimarte -ella solo observo aquellos ojos azules y vio arrepentimiento en ellos.
-Tranquilo no importa, tu, me llamaste Estrella -pregunta sorprendida.
-Si, acaso no es lo que tu nombre significa en lenguaje humano.
-Si pero, nadie nunca me llamó así y solo me sorprendió que tú lo hicieras - se voltea de nuevo para seguir intentado bajar la coraza.
Legolas sin ningún problema alcanzó la coraza y se la entrego a Gîlthiel, está se la colocó y justo a tiempo.
-¡Id afuera y tomad posiciones! -se escuchó al rey.
Ambos elfos corrieron por los pasillos hasta llegar afuera, Gîlthiel busco sitio junto a Haldîr y vio a Legolas irse junto a Gimli.
La vista que tenía desde su sitio le causó un enorme dolor en el pecho, las filas de hombres armados, ancianos, jóvenes adolescentes y elfos, cuántos alcanzarían a ver el amanecer se preguntó, procuraría salvar cuántas vidas pudiera.
Una fuerte lluvia empezó a caer, trayendo con ella frío a todos los que estaban empapados.
Minutos después a lo lejos empezó a verse las luches de las antorchas de los Uruks y orcos, sus gruñidos y sus pasos resonaban cada vez más fuerte según el acercamiento que tenían hacia el muro.
El líder del grupo de los orco se detuvo en una roca.
-Aerû jîl uthân if faelâ sa jîl, anu ben tahnâ falêj faelâs -el grito en elfico del joven montaraz resuena entre la multitud, el líder del bando contrario rugió y todos lo orcos se detuvieron alineados frente al muro.
Podía sentirse la tención en el ambiente, en las cavernas las madres abrazaban a sus bebés y afuera sobre el muro todos se encontraban quietos completamente observando al frente, afuera los orcos empezaron a emitir sonidos el enano empezó a dar pequeños saltos intentando mirar sobre aquella parte del muro que se alzaba sobre su cabeza.
-Que pasa ahí fuera -el elfo pone atención ante la pregunta del enano.
-Te lo describo Gimli -bromea y voltea a ver al enano quien detiene sus saltos y voltea a mirar al elfo- o te voy buscando un taburete -el enano mira al elfo sin expresión pero luego suelta una carcajada.
Afuera un orco ruge y todos empiezan a golpear sus armas en el suelo, Gîlthiel coloca una flecha en su arco y con su mano estira hasta su mejilla, el enano empieza de nuevo con sus intentos por observar sobre el muro los rugidos de los orcos resuenan en las cavernas causando que los niños giren sus ojitos en todas direcciones escuchando atentos los sonidos pero ajenos a la realidad.
Los dedos de Gîlthiel aprietan más la flecha que sostiene tensada en su arco pues como aún sigue lloviendo esta se vuelve resbaladiza.
Frente a ellos se escucha el silbido de una flecha e inmediatamente un orco cae de brocas.
La batalla a iniciado.
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ELVES
Fiksi PenggemarBasada en la trilogía de El Hobbit y El señor de los anillos : ELVES -En Edición -