ELVES

☘️Capítulo treinta y nueve☘️

Los días para ella pasaron de lo más lento, tan solo una semana después de aquella plática con Legolas su abuela llegó a vivir con ella al igual que aquella joven.

Aquella joven siempre perseguía a Legolas por el castillo, lo asechaba siempre que podía, pero Gîlthiel jamás dudaría de su príncipe pues ya le conocía lo suficiente como para no desconfiar de el y el amor que ambos se tienen.

Por otro lado el elegante rey Thraundil insistía en que ella tuviera a dos guardias que cuidaran constantemente de ella pero respetaba el que ella no quisiera.

Hace dos semanas y media había sido la boda de Éowyn y Faramir y tan solo una semana después fue la de Aragorn y Arwen a las cuales asistieron e incluso su abuela.

Y tan solo dos días antes de la boda de Éowyn y Faramir, el rey los había sacado a ambos de sus respectivas habitaciones y les entregó otras diciéndoles que sus antiguas habitaciones serían ocupadas de otra manera.

Ambos no se habían negado a cambiar las habitaciones.

Ahora mismo en la mente de Hewuell merodeaba algo que la tenia nerviosa, ya que el día de mañana sería la ceremonia.

Con cada movimiento que hacia mientras caminaba de un lado al otro su vestido parecía bailar, se mordía el dedo con desesperación y su abuela quien la veía ya se sentía mareada de tantas vueltas que su nieta daba.

-Hija, ya detente me estás mareando -pidio y se puso de pie para tomar por los hombros a la joven.

-Es que, abuela tengo miedo se que mañana es la ceremonia pero -detiene su frase para poner sus manos en su cabeza y suelta un quejido frustrado y continuo dando vueltas por la habitación.

-Querida porfavor ya detente y dime qué es lo que te preocupa -la nombrada se sienta en la cama y segundos después su abuela se sienta junto a ella.

-Abuela es que la hace una semana el rey Thraundil estaba hablando con Legolas en una de las habitaciones y sin querer escuché parte de la conversación -suspira y se acomoda mejor- el rey le dijo que estaba ansioso por qué pronto sería abuelo y de eso estaba seguro, Legolas no respondió nada y entonces me acerque a mirar por el pequeño espacio entre la puerta semiabierta el estaba serio y parecia molesto pero luego cambio su conversación evadiendo el tema.

-Eso no significa nada.

-Abuela yo sí quiero ser mamá en el momento en el que sea bendecida por los valar pero, ¿Y si Legolas no quiere? -susurra lo último y luego baja la mirada.

-Debes hablarlo con el cielo y pues si él no está listo deberas tener paciencia hasta que lo esté.

-Gracias abuela -la abraza y luego se separa- ya debo irme, quedé con el rey para mí última prueba del vestido -su abuela asiente- te veré en el almuerzo.

Sale de la habitación y con paso apresurado camina por los pasillos doblando una esquina y luego otra, hasta que finalmente llega a la sala de la otra vez donde le tomaron las medidas ahí esperaba el rey.

-Perdón estaba con mi abuela y se me hizo tarde.

-Entiendo, ahora vamos -ella abre la puerta, adentrándose primero el rey y luego ella.

Observa frente a ella, un hermoso vestido que se hace relucir con una tela blanca azulada, hermosamente elegante.

-Pruebatelo -le anima el y sale de la habitación.

Golpeaba su pie contra el suelo mientras esperaba había elegido ese diseño para ella pues sabía que a esta no le gustaban los vestidos gigantescos, esté era más simple pero elegante y hermoso cada detalle del vestido había sido a petición de el pues su nuera eso le había encargado.