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Con cada círculo de tu dedo, tus terminaciones nerviosas se iluminan como fuegos artificiales, la idea de la lengua de George moviéndose sobre tu clítoris estaba jugando en tu cabeza. Sabiendo que, aunque el resto de la familia estaba fuera, George estaba en el jardín ahuyentando a lo gnomos, tratas de mantener tus gemidos al mínimo, pero no puedes evitarlo cuando la visión de fantasía de George tira de tus caderas hacia abajo para acercarte a tu punto máximo. su dedo se acelera.
-Joder, George-te quejas sin aliento para ti mismo en el oscuro silencio de la habitación. Puedes sentir que se acerca tu clímax e intentas mantener viva la fantasía hasta el final, pensando en las grandes manos de George subiendo por tu estómago y acariciando tus senos.
-Oh, Dios, George...- susurras estabas realmente exitada George tenía ese efecto en ti.
No es hasta que abres los ojos cerrados que te das cuenta de que la puerta de la habitación está abierta . La luz se derrama desde el pasillo y miras hacia arriba para ver una silueta de pie en la puerta. Te disparas, jadeando y te subes la sábana al pecho.
-¡G-George! ¡¿Cuánto tiempo llevas ahí parado ?! -Sientes un rubor subiendo por tus mejillas. El pensamiento de él mirándote patéticamente gemir su nombre enviando vergüenza y lujuria a través de ti realmente no sabías bien cuál de las dos sentir.
Él no responde, pero da un paso adelante y cierra la puerta detrás de él. Escuchas el sonido de su voz su susurrando el hechizo para cerrar el seguro de la puerta y la implicación te emociona tanto como antes de que te interrumpieran. cruza la habitación y se detiene junto a la cama.
-¿Estás pensando en mí, eh?-Pregunta, quitando la sábana de tus manos y mirando hacia abajo como si estuviera inspeccionando uno de sus productos de sortilegios weasley. Su sonrojo se profundiza ante la vulnerabilidad de la posición.
-Uhum ..- respondes tímidamente, sabiendo que no hay forma de salir de esta conversación sabes que no hay forma de que George lo deje pasar.
-Bueno- dice, bajando la sábana hasta el final y deslizando un dedo por su estómago descubierto. -Veamos si fui bueno-, sonríe, deslizando su dedo por tu coño goteando. La sensación te hace temblar, pero consigues reprimir tu gemido.
George se ríe oscuramente con esa mirada con la que sabes perfectamente que algo trama es la misma que pone cuando hace una broma maliciosa.-Bueno, bueno, me alegro de no haber decepcionado-. Su dedo se desliza dentro de ti, y tu respiración se entrecorta, su dedo delgado se burla perfectamente de tu coño ya dolorido.
-Joder-te quejas, poniendo los ojos en blanco ante el simple placer de su dedo.
-E-entonces, ¿qué te estaba haciendo en tu fantasía pequeña sucia?-George pregunta, empujando con el dedo dentro de ti y los ojos clavados en tus pechos mientras arqueas la espalda.
-Mm ... lamiendo-respondes, tratando de ignorar lo vergonzoso que es escucharte a ti mismo decirlo.
George ladea la cabeza hacia un lado, una sonrisa de satisfacción tirando de un lado de su boca, antes de sacar su dedo. El gemido hambriento que haces indica tu decepción. George camina hasta los pies de la cama y te mira de arriba abajo, captando la imagen de tu cuerpo acostado allí solo para él.
Luego, con un movimiento rápido, te agarra por los tobillos y te tira hacia él con las piernas colgando de la cama a cada lado de él. Su sonrisa se ensancha ante el ruido de sorpresa que haces, y luego está de rodillas. Se inclina hacia adelante y sus ojos destellan diabólicamente hacia los tuyos mientras su lengua recorre tu clítoris una vez. Un gemido agudo sale de tu boca y tus dedos encuentran su camino en su cabello.