ADVERTENCIA 18 LEER BAJO SU PROPIA RESPONSABILIDAD ☺️
Como tuviste que quedarte en la habitación de George mientras arreglaban tu apartamento de una fuga de gas, los dos se habían acercado. Íntimamente. Era más de la medianoche de un fin de semana y George se había desmayado después de la cena unas horas y actualmente estaba acostado en la cama junto a ti. Te estabas enterrando con un juego de mano mientras él roncaba a tu lado, completamente contento con quedarse despierto hasta tarde mientras el pelirrojo a tu lado dormitaba. Sentiste un brazo serpenteando alrededor de tu cintura desde donde te sentaste en la cama y un brazo fuerte te acercó a él. Jadeaste.
-Lo siento, ¿te asusté?-Murmuró, envolviendo el otro brazo alrededor de tu cintura mientras presionaba un beso a un lado de tu cuello. -Mi estómago me despertó de nuevo tengo hambre-.
-Lo sé, lo escuché hace un rato y pensé que te despertarías pronto- Alcanzaste detrás de ti y alborotaste su cabello. -¿Quieres ir a la cocina por un pequeño capricho? Solo comparteme -. Bromeaste. Él asintió y rápidamente se sentó como si no hubiera estado en un sueño profundo. Ni siquiera se molestó en ponerse nada más, solo caminó hacia la puerta con su camiseta sin mangas y calzoncillos. Llevabas un par de pantalones cortos que no eran visibles desde debajo de la enorme sudadera con capucha de George que tenías puesta. Su ropa siempre te hacía sentir como si pudieras nadar con ella, con lo alto que era.
Una vez que ambos salieron de la habitación y se dirigieron a la cocina, se subieron al mostrador y esperaron a que George terminara de sacar comida del refrigerador. Luego fue al congelador y sacó una taza de helado de una sola porción, y te la entregó con una sonrisa
Felizmente lo tomaste con un -¡Gracias!-, metiendo la mano en el cajón entre tus piernas para agarrar una cuchara mientras observabas al pelirrojo hacer sándwiches .
Después de un período de tiempo demasiado corto aparentemente para calmar un poco el hambre, George caminó frente a ti, esperando que lo miraras. Suavemente movió sus brazos alrededor de tu cintura y tiró de ti hacia adelante, pero en broma pusiste tus manos frente a tu cara para ocultar su visión de ti. Te asomaste y él te miraba con los ojos entrecerrados y una sonrisa en el rostro. -Oye, oye-Apretó tus caderas para llamar tu atención y se acercó, empujando su gran cuerpo entre tus rodillas. +Oye, quiero postre, pero te di el último helado-. Lo miraste confundido y estableciste el sistema de juego.Tenia esa mirada en su rostro de que estaba caliente y sabías lo que quería -Bueno, ¿por qué hiciste eso si querías postre?...- se inclinó más cerca, su lengua lamiendo tu labio inferior.
Esa debería haber sido tu primera pista cuando te lo dio antes de que empezara a comer. -Oh ya entiendo.- Envuelves tus brazos alrededor de sus anchos hombros y besas la comisura de su boca, la suya luego de encontrarse con la tuya y presionar suavemente contra tus labios, su lengua encontrándose ansiosamente con la tuya en el medio. Él tarareó, satisfecho con el dulce sabor y luego apartó la boca para presionar un beso en tu mejilla. -George…-susurraste, apartando tu rostro de él. Mordió suavemente el lóbulo de tu oreja y succionó por un momento, sus manos moviéndose por tu espalda debajo de la gran sudadera con capucha que tenías puesta.
Te apoyaste en su hombro para sofocar un gemido. -Fred podría sorprendernos si haces eso…-Se encogió de hombros, sin apartarse de tu oído. Suspiraste en el hueco de su cuello, tus brazos se envolvieron con más fuerza alrededor de sus hombros. Satisfecho, sacó los dientes de tu oreja y se movió hacia tu cuello, lamiendo hasta tu barbilla. -Eres deliciosa. Como helado…dulce como la miel-sus manos se movieron hacia adelante, agarrando la tela de la sudadera con capucha y levantándola para exponer tu pecho desnudo debajo. Sus manos palparon tus senos mientras cerraba su boca alrededor de la piel debajo de tu oreja, mordisqueando. Sus palmas presionaron y apretaron, las yemas de los dedos encontrando tus pezones fácilmente y dando algunos giros juguetones. Luchaste por mantener la boca cerrada, gemidos apagados zumbando en tu garganta. Te tapaste la boca con una mano en un intento de mantener el volumen bajo.