Patrimonio Heredado

Capítulo 34: Demasiado mujeriego

Los dos se mezclaron desenfrenadamente en el pajar, lejos del viejo castillo. La cavidad en donde se unían rezumaba copiosas cantidades de jugo y tras una profunda embestida, Xavier no pudo resistirse a correrse dentro de Yan Yuchun, saboreando el placer de una eyaculación interna sin condón por primera vez en su vida.

Yan Yuchun también se estaba volviendo loco. No pudo reprimir sus gemidos y en el punto álgido de su placer, se limitó a morder el hombro del hombre para mantener los gritos en su garganta. Su cuerpo estaba contrayéndose con fuerza, estrangulando cada vez más la enorme polla que tenía dentro, y mientras el semen salía a borbotones, alcanzó otro clímax estremecedor, el agua se filtró por su abertura y su pene disparó en un lío. Semen espeso y blanco empapaba el abdomen de ambas personas.

Excitado, Xavier ahuecó su barbilla y lo besó en sus labios carmesí, atacando violentamente su boca con la lengua, lamiendo cada centímetro de su saliva hasta que el placer disminuyó. Finalmente soltó los labios del otro, burlándose: "Prácticamente me estás cortando la circulación de mi polla".

Yan Yuchun se sonrojó y sus pestañas se agitaron ligeramente, incapaz de hablar por un momento sólo se inclinó suavemente hacia él, y luego después de un momento gimió: "Hace un poco de frío, tengo que volver". Buscó su camisa pero su brazo estaba demasiado débil para intentar alcanzarlo varias veces, así que le dio un empujón a Xavier: "Ayúdame a vestirme".

Si alguna de sus amantes se hubiera atrevido a darle órdenes de esa manera en el pasado, Xavier probablemente la habría botado de inmediato, pero una vez que el objetivo de su interés fue Yan Yuchun se sintió feliz de hacerlo y le mordió deliberadamente en los labios: "Eres como una gran dama noble".

"Cállate Xavier". Yan Yuchun gruñó y frunció un poco el ceño, pero aún así se apoyó en él para vestirse, y cuando llegó el momento de ponerse los pantalones, tuvo que levantar las caderas y dejar que aquella polla se deslizara lentamente. De repente, no sólo el pene del hombre se deslizó sino que también hubo una enorme cantidad de semen y agua lujuriosa brotando hacia fuera, cuyo sonido fue un poco vergonzoso. Mirando fijamente el charco de semen, Yan Yuchun se preguntó con cierta curiosidad si pudo haber quedado en cinta con los fluidos que aun tenia adentro, y fingiendo estar disgustado dijo: "¿Por qué te corres tanto, eres un perro?".

Xavier se rió con maldad: "Haces que suene como si te hubiera eyaculado internamente un perro".

Yan Yuchun lo miró y las comisuras de su boca se levantaron en una pequeña sonrisa: "Eso es lo que acaba de pasar hace un momento".

Cuando Xavier se dio cuenta de que lo estaba comparando con un perro, alargó la mano para molestarlo y Yan Yuchun se agachó un poco: "Basta, tengo que ponerme los pantalones, tengo mucho frío". Xavier se acercó mansamente y le puso los pantalones, diciendo con disgusto: "Te estoy calentando pero sigues teniendo frío".

Aunque los dos estaban pulcramente vestidos, el olor del post-coito era demasiado fuerte para que se lo llevara el viento en poco tiempo. Yan Yuchun miró la mano derecha de Xavier con algo más que un poco de preocupación en su tono y preguntó: "¿Está realmente bien tu mano?".

Xavier frunció el ceño: "No lo sentí hace un momento, pero ahora empieza a doler, así que quizás tenga que ir al hospital para que me vuelvan a colocar el hueso en su sitio". Yan Yuchun se asustó por un momento, y cuando vio la sonrisa en sus ojos, se dio cuenta de que estaba bromeando, e instantáneamente rechinó los dientes con rabia mientras caminaba rápidamente en dirección al viejo castillo.

Las criadas hacía tiempo que se habían ido a la cama, y sólo el tío Rong seguía en el salón. Antes de que regresaran, él estaba trabajando, usando algunos hilos para hacer algo y cuando los vio entrar se apresuró a acercarse. Era un hombre experimentado, tan pronto como se acercó a Yan Yuchun inmediatamente sintió algo y una pequeña sorpresa apareció en su rostro mientras preguntaba: "Xiaochun, ¿quieres bañarte ahora?"