Patrimonio Heredado

Capítulo 53: El nuevo asistente

Cuando llegaron a la mansión, aún no había oscurecido del todo y se veían vagamente campos ondulados a ambos lados del camino. Como era primavera y las semillas acababan de ser sembradas, lucía un poco mísero, lo que hizo que Xavier se sintiera más incómodo. Sin embargo, el camino hacia el castillo había sido reparado, y lo que anteriormente era un suelo de tierra tosco estaba ahora cubierto por una capa de hormigón, que había sido pulida para que pareciera limpia.

Habían varias personas de pie en la entrada del castillo, casi todos le resultaban familiares a Xavier. De pie al frente estaba el tío Rong, vestido con un estricto traje negro, el pelo bien peinado, y mostrando completamente el ímpetu de un mayordomo.

Pero en esta mansión, de hecho es solo un ama de llaves.

Después de que el auto se detuvo, el tío Rong abrió la puerta y Yan Yuchun lo saludó. El tío Rong sonrió, y cuando sus ojos se posaron en el rostro de Xavier, su sonrisa se suavizó, diciendo en un tono respetuoso: "Bienvenido de nuevo, Señor almirante".

Xavier lo saludó, luego miró a las otras personas con una gran sonrisa, arqueó las cejas y dijo en un tono enérgico: "Parece que todos lo están haciendo bastante bien".

Las criadas le saludaron con sonrisas tímidas o alegres, todas con una emoción en los ojos que no habían tenido antes. Por supuesto, Xavier entendía lo que eso significaba; no se había sentido muy bienvenido cuando llegó aquí por primera vez, e incluso en la mente de las sirvientas posiblemente debía de ser un "intruso" o un "depredador" o algo así. En realidad, no lo esperaban, e incluso le temían, a diferencia de ahora, en donde habían auténticas sonrisas en sus rostros.

Xavier siguió a Yan Yuchun al interior de la casa y al cruzar la puerta se puso inconscientemente las zapatillas, sólo después de hacerlo se dio cuenta de los hábitos que había desarrollado en los últimos dos meses y que no correspondían con su personalidad original. Cuando pensó que había sido "entrenado" por Yan Yuchun, se sintió más que molesto. Pero las zapatillas que llevaba eran tan ligeras y suaves que se sentían como una liberación para sus pies, así que no volvió a cambiarlas.

No había regresado desde hace medio año y el castillo había cambiado mucho. El salón, que había estado vacío durante seis meses, se llenó de muchos objetos, como por ejemplo, una nueva y suave alfombra en el suelo y muchos murales en las paredes.

Cuando Xavier vio el piano, tuvo sentimientos encontrados. No podía olvidar la vez que se había tomado la molestia de comprarlo y luego dárselo a Yan Yuchun con entusiasmo, y cómo había esperado que Yan Yuchun reaccionara al recibirlo, pero luego...

Xavier retiró la mirada, las sirvientas ya habían puesto la cena en la mesa, Yan Yuchun se quitó el abrigo y fue a lavarse las manos para luego volver, Xavier se sentó en una silla y miró la tercera vajilla de la mesa, ligeramente sorprendido, "¿Alguien más nos acompañará?". Después de todo, ya llevaba mucho tiempo en esta mansión, los únicos que comían en esta mesa siempre habían sido él y Yan Yuchun, incluso Sheng Xiu y Tyrone iban al comedor contiguo a la cocina a comer, y no venían aquí a unirse a la diversión.

Yan Yuchun se sentó y, antes de que pudiera responder, sonó unos pasos en la escalera. Xavier levantó la vista para ver a un hombre desconocido que bajaba del segundo piso.

El hombre parecía joven, en torno a los veinte años, puramente oriental por su aspecto, bastante alto y en forma, y aunque la temperatura de la habitación no era evidentemente demasiado alta, sólo llevaba una camisa y tenía las mangas remangadas para mostrar sus fuertes antebrazos.

Aunque no había demasiada diferencia de aspecto entre una persona intersexual y un varón puro, Xavier podía decir que ese tipo era un hombre y no una persona intersexual. La idea de que llegó una persona así a la finca durante su ausencia hizo que Xavier se sintiera inexplicablemente enojado, y frunció ligeramente el ceño mientras preguntaba en un tono no muy educado: "¿Y este es?"