Capítulo 43: Una trampa con el señuelo equivocado

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Cuando Yan Yuchun escuchó el fuerte ruido, sólo levantó la cabeza. Al verlo, su rostro se llenó de pánico por un momento pero rápidamente se calmó. El tío Rong, por su parte, se puso nervioso hasta el punto de abrir y cerrar la boca varias veces. Con un tono teñido de angustia, preguntó: "Almirante Xavier, ¿Por qué ha vuelto?".

La mirada de Xavier se posó en el rostro de Yan Yuchun desde el momento en que abrió la puerta y no lo desvió mientras se mofaba: "Si no hubiera vuelto, no habría escuchado una conversación tan interesante. Mi querido tío, ¿no me lo vas a explicar? ¿Qué significa "engañar a la Federación con un hijo mío?"

El tío Rong tragó nerviosamente, vio que su mirada era demasiado aterradora y estaba a punto de acercarse para bloquearlo cuando Yan Yuchun dijo: "Tío Rong, deberías salir primero". El tío Rong instantáneamente se asustó aún más, "¿Xiaochun?" Yan Yuchun repitió: "Vete, vuelve a tu habitación y descansa. También dile a todos los demás que no suban al tercer piso esta noche".

El tío Rong dudó un momento, pero aún así salió. Cuando pasó junto a Xavier, sintió el fuerte aura de la otra persona y tembló de miedo. Incluso después de salir, sus pasos fueron un poco tambaleantes cuando bajó las escaleras.

En comparación con su pánico, Yan Yuchun estaba tranquilo como siempre, y su tono no era diferente a lo normal: "Entra y cierra la puerta".

Xavier rechinó los dientes y entró con un rostro sombrío, cerrando la puerta sin contemplaciones. La puerta emitió un fuerte estruendo, como un petardo que explotaba alrededor de los dos hombres. Yan Yuchun trató de no darle importancia, dirigiendo una mirada hacia él, preguntó: "¿Por qué has vuelto?"

En lugar de responder, Xavier se acercó más hacia él y le preguntó con el ceño fruncido: "¿Qué quieres decir con "engañar con un hijo mío" ?".

Yan Yuchun evitó su mirada, el calor humeaba de su rostro, pero no había sangre visible en sus mejillas, sólo sus pestañas estaban manchadas de humedad y sus ojos estaban llorosos. Frunció los labios y dijo: "Significa literalmente, Xavier, que quiero concebir un hijo tuyo, un varón, uno que pueda heredar la mansión en el futuro."

Xavier lo miró fijamente: "¿Por qué dices 'engañar'?".

Yan Yuchun se levantó de la bañera, alzó sus largas piernas y salió. Alcanzó una toalla de la silla para limpiarse el agua del cuerpo mientras decía: "Porque no quiero casarme contigo, tampoco quiero que mi propiedad caiga en manos de algún extraño, y la única forma de conseguirlo es concibiendo un niño con tu sangre en sus venas, para que el gobierno federal no regale la propiedad que desde un inicio fue mío".

Cuando Xavier escuchó sus contundentes palabras, la ira en sus ojos estalló, todo su razonamiento se vio abrumado por el "no quiero casarme contigo" de Yan Yuchun. Apretando los puños, trató de controlarse: "¿Todo lo anterior fue un acto deliberado de tu parte? Mostraste intimidad conmigo, mostraste celos de mis antiguas amantes, mostraste todo eso, ¿sólo para atraerme a amarte? En realidad ¿No querías casarte conmigo? ¿Tuviste sexo conmigo sólo porque querías tener un hijo mío?"

Yan Yuchun dijo: "Sí".

Xavier nunca había pensado que caería en manos de otra persona. Claramente sabía lo mucho que Yan Yuchun valoraba su propiedad y lo disgustado que había estado con él al principio, pero nunca lo había pensado más de dos veces después. Sabía que ese hombre le haría una jugarreta, e incluso estaba lo suficientemente seguro como para pensar que nunca lo dejaría. Pero nunca pensó que, por el contrario, seria él quien no podría dejarlo, cayendo fácilmente en la trampa que Yan Yuchun había cavado. Los compromisos, la intimidad, y el cariño solo fueron emociones expresadas deliberadamente por él para engañarlo.

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